«Desengañémonos, los hombres han estado siempre mal gobernados, y lo estarán hasta que dejen de existir. Los grandes políticos y estadistas han escrito excelentes sistemas, admirables planes, donde se hallan principios tan sólidos, verdades tan irrefragables, que es necesario carecer de entendimiento para desaprobarlas; pero llega el caso de la ejecución y todo se trastorna, porque, no pudiendo las leyes obrar por sí solas, es necesario que los hombres las administren; y como los hombres tienen pasiones, obran según sus pasiones, no según el espíritu de las leyes; y como la multitud siempre es ignorante, fácilmente se engaña, y ella misma, buscando la libertad y el bien, se forja las cadenas. ¿Qué resulta de aquí?, que somos muy imperfectos, muy malos, muy feroces, cuando se nos presenta la ocasión de serlo, y que los mejores sistemas de gobierno deben considerarse como novelas muy bien escritas» (Leandro Fernández de Moratín, Viaje de Italia, 6º, 1 de octubre de 1794).
Lo más acertado que he leído en mucho tiempo. Por desgracia.
ResponderEliminarA mí me parece muy fino. Gracias, Javier.
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