martes, enero 03, 2012

Escribe

A veces, cuando escribe se queda solo ante su rostro. El ordenador con el que trabaja entra en modo de reposo y la pantalla en negro le devuelve su cara. La máquina le indicia que ha estado demasiado tiempo sin tocar el teclado, pensando en si es mejor escribir jubiloso o patético. Tampoco es para tanto —se dice—; no es más que no encuentra las palabras. No sabe que el efecto venía de fábrica, que él mismo puede desactivar el modo en reposo, que puede retardarlo para lograr más tiempo en sus dubitaciones y momentos en blanco, que él mismo puede convertir lo negro en un dinámico destello o en la imagen de una playa tropical. Ahí es nada. Quizá así daría con la palabra que le falta. Pero en vano es luchar, que dijo el poeta. Ni playa ni destello le inspiran; y menos, su propia cara. Lo cierto es que la página en blanco se queda a oscuras y se ve reflejado en ella. Para Narciso, no; para Sísifo ignorante.

2 comentarios:

  1. Yo me he quedado infinidad de veces mirando la pantalla en negro. Primero sale un bosque con una mariquita, luego unos árboles con niebla, luego unas flores con rocío, luego la negritud.
    No sé si la luz regresa.

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  2. Jobar, Miguel Ángel: "La máquina le indicia"; qué verbo.

    Pepe

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