Será síntoma de la incapacidad de abstraerse de este ambiente terrible por lo que sucede lejos de aquí —o cerca, quién sabe. «Ucrania planta cara a Putin» titula a toda plana hoy El País sobre una fotografía de un niño aupado por su madre a la ventanilla de un tren en el que huyen de Kiev hacia la frontera con Polonia. El otro día tratamos en clase algunos poemas del libro de guerra de César Vallejo, España, aparta de mí este cáliz (1939), con los que dejamos cerrada la lectura de la obra del poeta peruano de Santiago de Chuco. Nos paramos en el sobrecogedor «Masa»; pero también en el extenso «Himno a los voluntarios de la República», por algunas referencias históricas y literarias. Vallejo menciona en su poema a Coll («el paladín en cuyo asalto cartesiano/tuvo un sudor de nube el paso llano»), el mallorquín Antonio Coll, el «cazador de tanques» —destruyó con granadas de mano varios blindados durante la defensa de Madrid en noviembre de 1936—, un militante de las juventudes de Esquerra Republicana voluntario de las Milicias Populares al comenzar la Guerra Civil; y cuyas acciones individuales contra los inexpugnables tanques que le dieron fama me recordaron algunas imágenes de películas bélicas. Pero ese día no puse en pie una que recordaba haber visto hacía algunos años. Fue antes de que Rusia lanzase su ofensiva contra Ucrania, y ayer, por una columna de Jacinto Antón en El País, «Guerra de tanques en la sala de exposiciones», en la que reseñaba la exposición Brothers in Arms en el National Army Museum de Londres (Chelsea), di con la referencia precisa que yo quería recordar. La película Corazones de acero, dirigida por David Ayer en 2014 con Brad Pitt como protagonista. Espero que ya no se me olvide ampliar mi nota al pie sobre Coll en el poema de Vallejo con la alusión a la escena en la que un soldado alemán logra colar dos granadas en el interior de un Sherman M4A3E8 llamado «Fury», que fue el título original de aquella película. En otra ocasión comentaré los versos «(Todo acto o voz genial viene del pueblo/y va hacia él, de frente o transmitidos/por incesantes briznas, por el humo rosado/de amargas contraseñas sin fortuna)». De alguien que representa a todos aquellos que aún tienen vigentes sus creencias personales, Vallejo.
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