Me gusta escribir. Me divierte. A mano, me gusta dibujar las letras como si de cada una de ellas construyese mi manera de ser y de pensar. Espero no perder esta costumbre diaria de escribir sobre un cuaderno en la postura que a veces he imaginado grabada como en esos reportajes sobre algunos escritores o en esas películas en las que un recurso principal es el primer plano de una mano con una pluma que avanza hacia el borde derecho de la hoja de una carta que forma parte de un argumento. Por ejemplo. Lo mismo; pero como un acto íntimo, solo para mí. Una especie de gimnasia sin necesidad de vestirse con nada más que la desnudez de la mano. A máquina es como tocar el piano —mi sueño inalcanzable—; sentir que al movimiento de tus dedos aparece negro sobre blanco en esta pantalla mágica y sideral tu pensamiento que, aunque quede torpe o burdamente expresado, deviene finalmente en tan sencillo encanto. Es admirable que la palabra «teclado» haya extendido su creativa significación musical a la escritura en aparatos y dispositivos, como se dice ahora. He escrito mucho sobre la escritura. Todo está en cuadernos, como uno de junio a octubre de 2020 en el que hay un primer apunte de esta nota. De toda la vida se escribe mejor cuando nadie te dice lo que tienes que escribir. Sabía que había leído algo sobre la escritura y lo he buscado. Es algo que leí en El balcón en invierno de Luis Landero: «Intentar y estructurar me resulta fácil y divertido, casi un juego de niños, y ojalá que la literatura consistiera únicamente en eso, pero escribir ya es otro cantar. Escribir es lo más creativo, lo más gozoso, el soplo que da vida a las figuras aún inertes, lo que sería en el cine poner la cámara en acción o tomar sus pinceles el pintor tras algunos bocetos, pero también es lo más delicado y lo más arduo. Yo siempre me acerco al atril con el temblor del enamorado primero en los albores de una cita» (pág. 21). Habría quedado mejor si hubiese citado un fragmento precioso de una escritora bielorrusa poco conocida, pero es lo que hay. Me gusta escribir. Aprendo.
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