Escribí aquí atrás sobre lo de la manía de casar fechas. Pues eso. Que el 13 de diciembre de hace diez años publiqué aquí una nota sobre mi padrino, que ha muerto hoy, 13 de diciembre. Estas coincidencias no son más que eso, una manera de ajustarse una cosa con otra, de convenir por una ocasión, por una circunstancia. Manuel Lucia Hernández (Zafra, 1940-2020) era mi padrino y tuve con él una relación muy especial, como con su hermana Pilar, mi madrina; porque fue entrañable sin ser frecuente ni constante. Muy entrañable. Recuerdo lo que le gustaba que le hablase de algún vínculo entre los toros —que era lo suyo— y la literatura —que era lo de su ahijado—, y hoy he acudido a un poema de Fernando Villalón que no sé si llegó a conocer y que dice que «Ya la blanca polvareda / llena toda la vereda. / Ya se acercan. Ya se escuchan sus bramidos. / Entre cruces de garrochas conducidos / el cortejo de los toros va a llegar. / Los jinetes majestuosos vienen ya…» La última vez que le vi, este pasado mayo, fue en otro entierro en el que todos estábamos muy tristes. Supongo que la vida nos dice que ha llegado el momento de tener que volver al lugar de infancia y juventud para reencontrarse con algunos en las despedidas de otros. La de mi padrino será mañana lunes, 14 de diciembre, a las 11:00 horas, en la Parroquia de La Candelaria de Zafra. Allí estaré.
Muy bonito. Mil gracias por tu palabras.
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