Y las apostillas al índice. 1. Texto impecable e ilustración son buena prueba de que el autor es bien mandado y suele cumplir estrictamente con un encargo que une, por la sensibilidad creadora, palabra e imagen. 2. Si el anterior vincula la palabra con la imagen, no digamos este. Antonio Gómez, con palabras. 3. El autor, que escribió aquí sobre la caja, no nació en Extremadura, como Gómez, así que no viene al caso, referirse al título de este inquietante relato. 4. Son cuatro poemas de aire musulmán, se respira, se nota el agua del hamán. 5. Como si la propuesta creativa de estas Historias fuese la poética actual de Luis Costillo. 6. Un texto de los suyos. Lenguaje, humor y página de sucesos. 7. Cuatro relatos muy breves, sobre circunstancias sencillas y cotidianas, incluidos el primero y el último, que parece que se tocan, uno sobre un exhibicionista —metafórico— y otro sobre los que miran como el que escanea socialmente. Bueno, al fin y al cabo, sencillas y cotidianas. 8. La fotografía de una antigua locomotora y el relato en primera persona sobre personas primeras, en un texto titulado «Tierra de nadie» y sobre trenes que parece la crónica de nuestra actualidad, ay. 9. El viento de Levante frustrante en un texto acompañado por un dibujo que es como el relato deseado y nunca escrito. Habría sido mejor. 10. Una escena ante la luna en una estampa acompañada por una ilustración sugerente. En una noche de Reyes como la de hoy, qué bien vienen las palabras de Carmen Fernández al presentar su propuesta editorial: «La Caja con Historias que ahora tienes en tus manos nació como nacen todas las buenas ideas: de forma espontánea. Se inspira en la emoción que siempre nos produce recibir y abrir una caja. Porque una caja en las manos despierta en nosotros mundos de ilusiones y sorpresas. Objetos soñados que nos habría gustado recibir pero que nunca llegaron. Una caja que agitamos o zarandeamos en un intento de adivinar qué secretos esconderá». Felices Reyes.
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