sábado, agosto 01, 2015

Vida secreta


Sé que algunos dirán que es poco serio decir que haber leído como epígrafe de un poema («Risas enlatadas») la siguiente secuencia: «Amy Amy Amy» me ha predispuesto favorablemente para la lectura de este libro. Compartir la afición por una serie televisiva como The Big Bang Theory y su difusión de la física, de la ciencia, de la inteligencia en general, y admirar esta manera de convertirlo en materia de poema (lo que «la musa canta») es lo que me predispone. Eso sí, después de detenerme en veintiún poemas de este Vida secreta (Barcelona, Tusquets Editores, 2015) de Javier Rodríguez Marcos (Nuñomoral, Cáceres, 1970), su autor, que es, en realidad, el primer motivo de mi predisposición. Y un nuevo argumento para tildarme de poco objetivo: conozco muy bien la trayectoria literaria de este cacereño que hoy es redactor de cultura en el diario El País, y que pasó por nuestras aulas de la Facultad de Filosofía y Letras de Cáceres entre 1987 y 1994, contando sus cursos de doctorado. No me ha costado reconocer algunos poemas («Zoología», que es el que abre el libro, «Es así, la belleza», «El número dos») que había leído ya hacía más de cinco años, ni encontrar en Vida secreta la razón de su madurez poética en virtud de una relectura cronológica de la corta (?) e intensa obra de su autor: Naufragios (Editora Regional de Extremadura, 1995), Mientras arden (Hiperión, 1996), Frágil (Hiperión, 2002). Ah, otra cuestión importante que va contra mi rigor crítico el confesarla: las gafas que ilustran la cubierta del libro. Es un detalle que retrata al autor. Alguien que en el perfil de su blog, Letra pequeña, se presenta así: «Javier Rodríguez Marcos estudió filología, trabaja como periodista y es miope. Pero sigue leyendo». El mismo que, en entrevista con Salvador Vaquero, en El Periódico Extremadura en 2013, dijo ser: «—Un miope de 43 años que nació en Nuñomoral (Cáceres). Creo. Lo de miope es seguro porque lo tengo delante de mis ojos». La condición de miope de JRM, difundida por él mismo —que usa lentillas— es tan conocida como para que José María Albert de Paco titulase su reseña del libro de Javier como «Un miope en un terremoto». Con su miopía, Javier Rodríguez nos tiene acostumbrados a mirar el mundo con agudeza y sagacidad de vista. Si acaso, vista cansada de la poesía poética y de retoricismos, como ya manifestó en Frágil, un libro que prolonga en Vida secreta algunas de sus propuestas de escribir lo concreto. El citado «Zoología» tiene un precedente en el poema «Palabras» de aquel libro —y recordaré que un libro como Naufragios terminaba con un poema titulado «Los nombres», antes del envío «Palabras privadas para decir en público», que es el título eliotiano que se repite ahora en la nota final de este Vida secreta y en la que hay también más de un poema en prosa e historia de interés. En Vida secreta también se prolonga el sentir que latía en un texto como «Ecología», también de Frágil, que es el que explica dos espléndidas recreaciones clásicas o poemas arcádicos del nuevo libro: «Locus amoenus» y «Et in Arcadia Elf». Un verso como «También eso es paisaje» parece resumir esta propuesta por encontrar en la realidad menos poética la razón de la poesía; propuesta que también consiste en combinar lo aparentemente liviano con la memoria personal que homenajea a los ancestros. Con un propósito de contención retórica me parece que tiene que ver la forma de muchos de los poemas de JRM, su secuencia versal, llena de encabalgamientos abruptos y de pausas, como el que no quiere prolongar el discurso para no parecer grandilocuente ni poético. Lo consigue sin perder en ritmo poético; en hondura poética, añado yo. Los años han ido convirtiendo este libro en un acarreo de textos escritos con distintas pulsiones sin voluntad de conjunto; el que ahora tienen bajo un título que hace visible poéticamente el secreto de un excelente escritor. Vida secreta es, todo, un espléndido «Retrato robot» (penúltimo poema). Nota bene: si no estoy equivocado, Amy Farrah Fowler empieza a aparecer a partir de la cuarta temporada de The Big Bang Theory. Es «Penny Penny Penny» lo que todos recordamos a partir del episodio décimo de la primera temporada. Claro que hay una canción de Amy Winehouse...

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