miércoles, agosto 19, 2015

Evangelio del martes 18


Y entonces ayer me vino —en misa (*)— como un runrún la letra de una canción imaginada de algún grupo de rock alternativo, supongamos que por nombre El pisito de Rouko, en la que se repetía «ningún rico entrará / ningún rico entrará / ningún rico entrará / en el Reino de los Cielos / en el Reino de los Cielos». Está en San Mateo 19, 23-30: «Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre el Reino de los Cielos». Esto es como la Constitución; también necesita una reformilla.

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