sábado, mayo 16, 2015

Notas y días

P., 20 años.
Constato mis fallos de memoria si he apuntado en mi cuaderno algo sobre un libro y, pasado el tiempo, vuelvo sobre el mismo libro y me encuentro anotando igual comentario. Me ha ocurrido muchas veces al preparar las clases y releer un texto, y ahora, cuando escribo sobre el espléndido libro de Basilio Sánchez La creación del sentido (Valencia, Pre-Textos, 2015), recientemente publicado con una ayuda de la Institución Cultural «El Brocense» de la Diputación Provincial de Cáceres. En su día, apunté la afirmación de Basilio de estar convencido de que la naturaleza del escritor determina de alguna manera la naturaleza de su obra. Al volver a leer he vuelto a subrayar la misma idea para comentarla. ¿Memoria endeble o es que lo que uno es y siente se repite siempre? 

«Ahí te mando el papel con mis comentarios». No sé cuántas veces habré escrito esta frase al enviar un correo electrónico con un documento adjunto. Y siempre me arrepiento por pensar en papel, por traducir lo escrito al formato que podría tener si se imprimiese en un folio blanco. Con esas características. 

Albert Rivera, de Ciudadanos, dijo, y luego matizó, que la regeneración política solo la puede liderar gente nacida en democracia y «sin mochilas». El pobre no se ha dado cuenta de que los impulsores de esa hipotética regeneración aún no han nacido. Vendrán. Todos esperamos que nazcan. 

«Trabajamos con cuotas muy altas de realismo». Leí esto en una entrevista con el productor de una serie televisiva ambientada en una prisión de mujeres. Como si la ficción por sí sola no tuviese la fuerza de la realidad. 

En Cáceres, si sales de casa y caminas, en pocos minutos estás en el entorno de la foto. Hacia el sureste.

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