© Paco Roca
miércoles, enero 07, 2015
Los surcos del azar
Mis hijos me han regalado por Reyes esta novela gráfica de Paco Roca, Los surcos del azar (Bilbao, Astiberri Ediciones, 2013), que va ya por la cuarta reimpresión. Ellos dicen que es difícil regalarme un libro y yo siempre insisto en que no; que como me gustan tanto no es difícil buscar fuera de mis intereses inmediatos cualquier título. Han acertado, porque no suelo comprar libros gráficos y leo los que van cayendo en mis manos. Dediqué parte de la fría y neblinosa tarde de ayer a leer y contemplar las trescientas páginas y pico de esta obra que se abre con el lema —sin los signos de interrogación— de Antonio Machado «Para qué llamar caminos / a los surcos del azar», de los «Proverbios y cantares» de Campos de Castilla (1912), que desvela de dónde proviene el título de esta historia. Disfruté. Han acertado, además, porque ando leyendo El impostor, de Javier Cercas, una novela sin ficción que tiene en común con la de Roca el poso de realidad documentable del que parte, el personaje del autor que entrevista a su informador, una postura ética con nuestra memoria histórica e incluso la aparición de personajes que dicen No (Cercas, págs. 383-387). La historia de la novela de Roca es la de uno de los integrantes españoles de La Nueve, la compañía de la División Leclerc que liberó París en agosto de 1944. Es un relato ameno, bien construido, montado sobre dos niveles narrativos y dos escalas cromáticas en las viñetas, el del tiempo presente de la conversación entre Roca y Miguel Campos, el protagonista, y el del tiempo pasado que arranca desde los últimos días de la Guerra Civil española y llega hasta el verano del 44. En todo, en la manera de presentar la historia, en el texto, en la ambientación, en los detalles... se aprecian los rasgos de la genialidad, la sensibilidad y el acierto de Paco Roca como dibujante, que nos recuerda, sí, la contribución de los soldados republicanos españoles en la lucha contra el nazismo; pero que, principalmente, cuenta la historia de aquellos que vivieron varios exilios y un constante desarraigo forzado por los enemigos de una libertad por la que ellos lucharon, casi siempre, como los personajes de este relato gráfico, con la mente puesta en la libertad de España. Emociona, por eso, ver el triste final del gran poeta Antonio Machado dibujado en dos páginas, en poco más de una docena de viñetas. Gusta que el autor haya elegido el color para las escenas del pasado histórico y que el presente sea monocromo, contra lo acostumbrado. Se sonríe uno cuando Paco, al escuchar los nombres —Albert y René— de los hijos de Albert, el vecino del protagonista, dice: «—Como Uderzo y Goscinny». Qué, si no, en un dibujante. Se mire por donde se mire, nunca mejor dicho, este libro es un bien artístico necesario y reconfortante. Y un buen regalo.
Yo soy también un aficionado reciente a la novela gráfica, a la que llegué tras la lectura de 'Maus'. Te recomendaría, si no la has leído, 'Arte de volar' de Antonio Altarriba. 'Arrugas' de Roca es asimismo excelente.
ResponderEliminar¡Qué alegría haber acertado! :D Me encanta que te guste lo que hace Paco Roca.
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