Me pregunto si alguien ha leído esta novela de David Matías, Principio de incertidumbre (Mérida, Editora Regional de Extremadura, 2012). Sí, sé que ha habido gente que la ha leído; incluso podría dar una docena de nombres y apellidos de los que, con seguridad, han sido primeros lectores, desde quien recibió el original en la Editora hasta la actual directora de la misma que acompañó su presentación, y amigos del autor o el responsable de la dirección de sus trabajos de investigación predoctorales. Lo que realmente me pregunto, pues ya sé que la novela ha tenido sus lectores —que espero sigan aumentando—, es cómo ha sido leída esta primera novela de David Matías para que nadie haya destacado los valores que tiene en el panorama de la narrativa joven de autores de Extremadura, que suena muy pomposo y localista; pero que es lo primero que se me ocurre para situar lo que realmente pasa aquí en literatura. Y subrayo lo de primera novela. David Matías (Galisteo, Cáceres, 1986) la difundió en su blog en abril de 2011 y se editó en papel con fecha de 2012, aunque los primeros ejemplares en librerías se vieron en marzo de 2013. Yo la he leído este fin de semana y estoy admirado por encontrarme con una primera novela tan significativa, tan bien pensada y tan inteligentemente escrita. Con esto y una buena campaña hecha con el ímpetu que da el convencimiento de que los lectores agradecerán el consejo, en otros contextos y en poco tiempo, un libro así se habría convertido en algo más que en una buena recomendación. Es lo que me extraña, que Principio de incertidumbre haya tenido el mismo o menor eco público que cualquiera de los muchos libros que a lo largo de este tiempo se han publicado, por ejemplo, aquí en Extremadura: una presentación en Cáceres, otra en la feria del libro de Plasencia y en un encuentro en el Valle del Jerte, alguna cariñosa mención en la prensa regional o en algún blog... Ojalá me confunda y la novela esté agotada, y le hayan llovido las reseñas en medios nacionales e internacionales... Principio de incertidumbre es una novela que interesa por muchos motivos. O quizá sería mejor decir que interesa por muchos caminos, rutas o vías varias. La de un lector joven —y esto es importantísimo— que puede identificarse con el relato de formación de Dante, el protagonista, con el que tiene unos referentes temporales compartidos y unos referentes geográficos y sociales que podría compartir, al menos aquí, en determinadas zonas de Extremadura —la «conexión rural» de la que habló tan bien Urbano Pérez Sánchez y que no es nueva en la nueva narrativa de autores extremeños. Y un referente de escritor que, compartido por el lector, seguro que puede ser excitante. La vía de un lector de aquí, de Extremadura, que ya está esbozada. También está la ruta o el camino del lector a quien gusta leer una novela que incorpora al propio relato una reflexión sobre la forma y el concepto del relato, y de la vida. Y su ideología. Una novela que muestra al lector recursos —en la manera de narrar y en la disposición de la narración— como las constantes preguntas que aportan una actitud a la voz narrativa, como el cambio de voz si el momento narrado lo exige —ocurre en un capítulo central que termina —precisamente— con «Los otros soy yo», o como el uso de algunas referencias literarias y culturales —Sartre, César Vallejo, Camus, Karl Marx, Hamlet (el grupo madrileño de metal hardcore)...— que se entrecruzan a lo largo del relato dividido en treinta capítulos o secuencias que también ofrecen la variedad de su encabezamiento por títulos, por lemas o por nada. Que no crea el lector que es una novela que no tiene defectos; los tiene, y para eso está la relectura u otra reseña. Tiene también algunas erratas (48, 49, 106, 159, 177) y una trampa ortográfica: «Me acerco al charco junto al que calló Pandora» (185). No dudo que se haya leído Principio de incertidumbre; pero mi manera de leer este libro seguro que no ha sido la misma que la de otros lectores. Lo cierto es que, tanto unos como otro deberíamos volver a leer esta novela. A ver si así sacamos más cosas entre todos de una estupenda propuesta narrativa. Es una primera novela. Y es buena. Esto es muy importante.
Muchas gracias por tus palabras, Miguel Ángel, y por una lectura tan atenta a la que no estoy acostumbrado.
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