...y El balcón en invierno de Luis Landero; porque esta nueva novela de Javier Cercas también comienza con una crisis creativa y las dudas. Que si escribir una novela sobre un catedrático de metafísica de la Pontificia de Comillas enamorado de una actriz porno; que si una novela policíaca; o que si una novela sobre su padre «que empezaba con una escena en la que yo le resucitaba y nos zampábamos unos huevos fritos con chorizo y unas ancas de rana en El Figón, un restaurante del Cáceres de su juventud donde más de una vez habíamos comido mano a mano.» (pág. 17). Pues no. A partir de aquí empieza la novela, que estoy leyendo. Una nota de lectura. Un inciso. Un recuerdo cómplice de un sitio cercano, un restaurante de aquí que sigue siendo recomendable, como la literatura de Javier Cercas. Sigo leyendo.
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