El viernes 28 de marzo me despedí de un compañero. Ya tiene uno años bastantes para haber despedido a colegas que se han jubilado o que se han trasladado de universidad por razones personales, y también para haber estado en funerales de maestros y amigos; pero lo que he experimentado estos días y el viernes he representado sin público es insólito y lamentable: despedir a un compañero que se va porque no tiene trabajo, no tiene clases que dar, debido al desmantelamiento de los estudios de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en nuestra Facultad de Filosofía y Letras. La escasa docencia de esta área en la Universidad de Extremadura y el número de profesores titulares no permite a Luigi Giuliani (Roma, 1962), después de casi catorce años de servicio a esta Universidad, dar más que unas pocas horas durante unos pocos meses y le propone reubicarse en algún otro centro para impartir materias más o menos afines. La Universidad de Extremadura deja ir a un excelente profesor y prestigioso investigador. Y más, pues llegó a Cáceres en el año 2000 y desde ese momento no ha dejado de aportar a esta ciudad su tiempo y su experiencia para fomentar la literatura y la lectura, el teatro y la música. Desde diciembre de 2003 organizó los terceros lunes de cada mes un Reading, una sesión de lecturas de textos propios o ajenos de los participantes que en poco tiempo logró un fiel grupo de seguidores. Fundó y dirigió el Festival Irish Fleadh, que aún pervive y que celebró ya su décima edición. En colaboración con el Festival de Teatro Clásico de Cáceres promovió las jornadas «Texto/Escena», que fueron un provechoso complemento de la programación teatral del festival; y testimonió su afición al teatro en las críticas que publicó en el diario Hoy en varias temporadas. Desde su área de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, organizó durante diez años el Taller de Estudios Textuales, en el que colabora el grupo de investigación Prolope de la Universidad Autónoma de Barcelona. Luigi Giuliani, representante de España en la dirección de The European Society for Textual Scholarship, es editor de Lope de Vega, de los Poemas del soldado y poeta del siglo XV Juan de Tapia, de las Tragedias de Lupercio Leonardo de Argensola, de los Sonetos de Giuseppe Gioachino Belli; ha escrito sobre Juan de la Cueva, sobre la parte de comedias como género editorial, y va a ser, sin duda, uno de los investigadores que más va a aportar al estudio de un libro como Roma, peligro para caminantes, de Rafael Alberti. Yo, realmente, creo que esto no le importa a casi nadie de mi entorno universitario. Pasará, y punto. A mí sí me importa. Y a muchos estudiantes de Teoría de la Literatura que han pasado por nuestra Facultad, a los que siempre he escuchado palabras elogiosas sobre Luigi. También a la Universidad de Perugia (Italia), que le ha propuesto dar sus clases allí.
Una lástima para la Universidad de Extremadura y para la Facultad, Miguel Ángel. Y me parece muy necesario que cuentes estas cosas aquí.
ResponderEliminarQueridos todos,
ResponderEliminarcomo ya sabréis a estas alturas, desde ayer 1 de abril ya no pertenezco a la Universidad de Extremadura: he aceptado una plaza de titular en la Università de Perugia y me marcho. Vuelvo a Italia después de 25 años en España (la mitad de mi vida). No he podido despedirme de todos, pero espero poderlo hacer el próximo jueves 10 de abril a las 21 horas en el Lancelot. Habrá cerveza y música.
Por favor, comentadselo a todo el que quiera asistir: no tengo el correo electrónico de todo el mundo (especialmente de mis ex-alumnos) y necesito que me ayudéis para difundir la convocatoria.
Un abrazo a todos y hasta el jueves
Luigi
Luigi Giuliani sería un excelente profesor en cualquier universidad del mundo. Además de su faceta de investigador, queda claro por lo que escribes y por lo que he visto que brilla en su actividad paralela de agitador cultural y en su vertiente internacionalista. Para mí es un modelo. Un fuerte fuerte abrazo desde su querida Irlanda.
ResponderEliminarPerdemos a una persona valiosísima y a un verdadero profesor universitario, lleno de iniciativas, generoso con sus muchos talentos y con su tiempo. Pierde la Universidad de Extremadura y la ciudad de Cáceres, a la que ha aportado tanto. La mañana en que me dijo que se marchaba, y entré en su despacho desmantelado, ha sido para mí de las más tristes que recuerdo en la universidad.
ResponderEliminarTienen una suerte inmensa en Perugia con su llegada; ya lo saben, pero enseguida conocerán que la persona de Luigi va más allá aún de su excelente curriculum.
Es triste y vergonzoso que un profesor tenga que marcharse de una Universidad por el simple hecho de que se haya decidido -me temo que con pésimo criterio- relegar a un ¿segundo? plano un área como la suya. No tuve el gusto de conocer en clase a Luigi, pero sí pude disfrutar de las jornadas en el Lancelot. Todo apunta a que su marcha es el principio del fin de la ya ínfima presencia, en los nuevos planes de estudios, de cursos de Teoría de la Literatura y Literatura comparada.
ResponderEliminarCon todos mis respetos, viven ustedes en un entorno laboral superprotegido. A una persona que prácticamente no tiene carga de trabajo en cualquier otro sitio se le habría echado en un par de días, no en un par de años.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con Laura en que no se puede mantener un puesto con escasa carga laboral. Pero el trabajador no es el responsable, sino víctima de una planificación errónea que viene de muchos años atrás. Quienes tuvieron altas responsabilidades hace años, se pasean tranquilamente por aquí, sin la menor conciencia o remordimiemto sobre lo que hicieron mal. Ni sobre las consecuencias en profesionales valiosos que vinieron a enriquecer esta universidad.
ResponderEliminarTuve la enorme suerte de tener a Luigi como profesor en un par de asignaturas. De esas asignaturas que el "plan Bolonia" ha dejado fuera de lugar. Una trataba sobre el canon literario europeo, otra sobre la teoría y representación teatrales. Sin ellas, sería mucho menos filólogo de lo que soy, sin lugar a dudas. Recuerdo sus clases como un regalo, sesión a sesión. Recuerdo cómo nos descifró las claves de la poética de Aristóles en 50 minutos como quien cuenta un cuento. Luigi era, como docente, maestro de la fábula y la trama. Como cuando nos explicó qué es crítica textual a través de una anécdota personal sobre la mala traducción de unas galletas compradas en IKEA. Autor de esas lecciones que nunca se olvidan. Dejamos ir a un activo cultural de la ciudad, esa es la cuestión. Luigi también es su violín resonando en el casco antiguo, en el Rincón de la Monja. Como aquella vez en que -apenas cuatro personas en la taberna Lancelot- dejó por un momento sus acordes irlandeses para cantar por Bob Dylan. Forever young.
ResponderEliminarMis condolencias intelectuales al Área de Teoría de la literatura y Literatura comparada de la Universidad de Extremadura
ResponderEliminarLo siento mucho por la Universidad de Extremadura, por sus alumnos y compañeros, igual que lo sentí cuando no pudo quedarse en la Autónoma de Barcelona. La Universidad de Perugia, en cambio, ha hecho un fichaje extraordinario, pues Luigi ha sido siempre un gran profesor, investigador y compañero.
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