martes, octubre 15, 2013

Manolo Ariza


© Tomás Aparicio Paniagua
En la madrugada de hoy ha muerto Manolo Ariza, antiguo profesor, compañero en la Facultad de Filosofía y Letras de Cáceres y entrañable amigo. Manuel Ariza Viguera (Madrid, 1946-Sevilla, 2013) era Catedrático de Historia de la Lengua Española en la Universidad de Sevilla. Desde 1975 hasta 1989 fue profesor en la Universidad de Extremadura, en donde organizó el I Congreso Internacional de Historia de la Lengua Española, celebrado en Cáceres en 1987. Autor de libros como Enrique Jardiel Poncela en la literatura humorística española (Editorial Fragua, 1974), Comentario lingüístico y literario de textos españoles (Editorial Alhambra, 1981; junto a Joaquín Garrido Medina y Gregorio Torres Nebrera), Antología de la prosa medieval (Editorial Alhambra, 1986 y Biblioteca Nueva, 1998), Sobre fonética histórica del español (Arco/Libros, 1994), Comentario filológico de textos (Arco/Libros, 1998), Insulte usted sabiendo lo que dice y otros estudios sobre el léxico (Arco/Libros, 2008), escribió numerosos artículos sobre lengua literaria, principalmente de autores medievales, sobre onomástica, sobre dialectología o sobre fonética histórica. En 2008 el Servicio de Publicaciones de la UEX editó sus Estudios sobre el extremeño, que reunían sus principales trabajos en torno al habla de Extremadura desde 1980 a 2007. En julio de ese 2008 difundí en este blog con su permiso una carta que dirigió a la Ministra de Ciencia e Innovación Cristina Garmendia en la que protestaba por una injusta resolución de la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora (CNEAI) —ay—, revisada y, finalmente, favorable al profesor que había solicitado su último sexenio de investigación después de casi cuarenta años de dedicación. Le conocimos en el aula, como buen docente, apreciadísimo por todos sus alumnos. Le recuerdo en el salón de su casa, cuando nos dio las notas finales a un grupo de sus estudiantes de último curso, de Historia de la Lengua, en su casa de la calle León Leal, adonde acudimos con un exceso de confianza que nunca era tal con Manolo. Quousque tandem abutere, Ariza, patientia nostra?, le escribió Pilar Nieves con retranca ciceroniana quejándose —agradecida— por lo mucho que nos hacía trabajar, junto a su inseparable Antonio Salvador Plans. Inteligente, afable, irónico, chistoso y divertido, quiso hasta el último momento irse sin provocar ni duelos ni penas. Su inquietud y su chispa desinhibida le llevaron a escribir cuentos jocosos —su amigo Dam le inspiró el de Recuerdos de la adolescencia: la mosca desalá que le publicamos en la revista Residencia en 1987—; y llegó a reunir buena parte de sus versos escritos desde finales de los años sesenta hasta los ochenta en el libro Poemas sin querer (Cáceres, 1990), en donde había sonetos —uno dedicado a su hija Raquel—, algún caligrama al lado de un romance, e incluso una «Elegía a la mujer perfecta», con toda la coña seria que desprendía Manolo. 
© Yolanda Pérez Lorenzo
Cuando presentó sus Estudios sobre el extremeño aquí en Cáceres en febrero de 2009 —la fotografía es de ese momento, con Antonio Salvador—, Mercedes Barrado, del diario Hoy le hizo una entrevista —de la que se hizo eco Álvaro Valverde— que rezumaba sabiduría y sentido común, con su pizquita de gracia. No tanta le provocaban ciertas cosas que no callaba. En septiembre de 2011 envió una carta a El País que titularon «Reciclar» y en la que —políticamente incorrecto— se quejaba de tener que pagar por la recogida de basura y de contribuir con la suya al negocio del reciclaje. Genio y figura. La de un profesor ejemplar y un hombre todo corazón rodeado de amigos que dejó expresada su voluntad de donar su cuerpo a la ciencia. Así, sin duelo.

10 comentarios:

  1. Certero, amigo. Le hubiera gustado leer algo así. Una pena, sí, por otra parte. Abrazos.

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  2. Querido Miguel, gracias por tus palabras para Manolo, justas, certeras y memoriosas. En fin, otra muesca más en esa certidumbre de la que ya habló con pasmosa palabra tu querido Gil de Biedma, "que la vida va en serio..."

    José Luis Bernal

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  3. Gracias, amigos Álvaro y José Luis, por los comentarios. Aquí puede leerse una semblanza escrita por Rodrigo Verano: http://www.andalucesdiario.es/cultura/manuel-ariza-in-memoriam

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  4. Un excelente profesor y una persona extraordinaria. Una gran pérdida para todos

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  5. Hola, amigos. Ayer recibí un mensaje que decía: "Manolo ha muerto esta madrugada". Tuve que escribir otro para dar la misma noticia y enviarlo a mi vez. No podía creer que estuviera tecleando eso: "Manolo ha muerto". A pesar de que esperábamos el desenlace. Manolo es una de las personas más vivas que he conocido. Fundamental (de "fundamento"), es decir, que forma parte de nuestros cimientos, para tantos que tuvimos la fortuna de ser sus alumnos y, mayor fortuna aún, de ser sus amigos. Un grande de esos de verdad: que, a pesar de su altura (esto va con coña, Manolo, como a ti te gustaría), se muestra, se da a los otros, como pequeño, como normal, como si no fuera gran cosa, vamos. Excepcional investigador, excepcional profesor, excepcional persona, excepcional amigo, excepcional en su elegancia a la hora de despedirse-no despedirse de este mundo. Inolvidable, Manolo, en el mejor sentido manriqueño: pienso en ti, como tantos otros, con lágrimas, mientras sonrío. Me secaré las lágrimas, que es lo que tú querrías: cómo nos hacías reír sin que dejáramos de admirarte, cabronazo.
    Con todos vosotros.

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  6. Maribel Santana y Víctor Ruanooctubre 16, 2013 5:39 p. m.

    Sus fichas de papel, sus celtas cortos (¡ay!), sus mangas llenas de tiza, sus movimientos de hombros ante algo inexplicable... en fin, su enorme humanidad impregnaba siempre su sabiduría.

    Maribel Santana y Víctor Ruano.

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  7. Gracias a todos por vuestras palabras de cariño. Gracias

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  8. Mi abrazo, Raquel. Mañana estaremos en Sevilla.

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  9. ¡Qué tristeza! ¡Enseñó a tantos extremeños Historia de la Lengua,estudió el Extremeño...! Ni una necrológica en el HOY.En Sevilla,al menos,ha salido la noticia en los periódicos.Somos unos desagradecidos.

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  10. Todos recordaremos a Manolo Ariza: porque su magisterio y su talante personal iluminaron nuestro camino en los años difíciles

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