Mera limpieza. «Hace falta una serena rebelión cívica que a la manera del movimiento americano por los derechos civiles utilice con inteligencia y astucia todos los recursos de las leyes y toda la fuerza de la movilización para rescatar los territorios de soberanía usurpados por la clase política», leo que escribe Antonio Muñoz Molina en Todo lo que era sólido (Seix Barral, 2013, pág. 245), que me he llevado para la espera, hoy más larga de lo habitual. Desprecio las coloridas portadas de las revistas que están apiladas en una mesita baja: «Todo sobre la divertida boda de Andrea y Tatiana en Mónaco», «Julio Iglesias entrevistado por su hijo Miguel», «Carlota presume de embarazo»... Parece que están ahí para invitarte a la evasión y que te olvides del motivo por el que has vuelto una vez más —voluntariamente; pero con el retrogusto de una coacción— a la consulta de un buen profesional que no es capaz de ocultar —el muy canalla— un regodeo profiláctico cada vez que tú das el más mínimo respingo cuando él manipula en tu boca. Hoy debe de haberme notado entre los dientes y bajo las encías palabras como «crisis», «país», «pelotazo», «dinero», «pueblo», «burbuja», «ciudadano», «justicia»..., y ha debido de llegarle a través de la criba de su mascarilla un aliento idealista, cívico y responsable por mi lectura del ensayo de Muñoz Molina que le ha animado —por prevenir que se me forme placa— a recomendarme la de una novela entretenida, Últimas pasiones del caballero Almafiera (Planeta, 2012), de Juan Eslava Galán. Cuesta, en rústica, 9,95 €. La limpieza, en efectivo, cincuenta.
Importante ensayo de Muñoz Molina, a mi juicio. Ojalá lo lean muchos, por si se puede cambiar algo.
ResponderEliminarMuy interesante el ensayo. Recomiendo que lo lean, merece la pena.
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