jueves, agosto 15, 2013

Covarrubias


© CMD
Escenas de verano. Lamento no poder localizar la viñeta, creo que de Forges, en la que un comensal se queja de la mala calidad de la comida y el camarero le responde como disculpa que no se había dado cuenta de que no eran forasteros. Desgraciadamente, cuando uno viaja son demasiadas las veces en las que se recibe mala atención sólo por no ser cliente habitual. Molesta. Y más cuando lo ves en tu propia ciudad. Aquí, en Cáceres, vimos ayer un trato displicente por un camarero en una terraza del centro hacia unos turistas. Lo peor fue que uno de estos dijo al levantarse: —Arrieritos somos. Imagino a ese cliente camarero en Antequera, pongamos por caso, y que cuando yo vaya por allí y se entere de que soy de aquí me cobre medio vino a cuatro euros para sacarse la espina de su mala experiencia de ayer al lado de casa. Experiencias del verano como la del otro día en Covarrubias en la visita al torreón de Fernán González, el de doña Urraca, según la leyenda. «Ovo nonbre Fernando  esse conde primero, / nunca fue en el mundo  otro tal cavallero;» Allí, a C. se le ocurrió recordar un hecho contrastado muchas veces, y, una vez más, allí mismo: los primeros que se sientan en una visita turística, incluso cuando hay mayoría de personas mayores, son los niños, que no aguantan. No falla. 

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