miércoles, marzo 20, 2013

Lectura en Zafra


© José María Lama
El sábado pasado estuve en Zafra en un acto literario muy verdadero y sentido. Insólito y cálido, muy cercano a lo que importa. La hora, intempestiva: las once y media de la mañana. El lugar, infrecuente: un restaurante antes de abrir a su habitual clientela. Fue una lectura íntima pero pública de un libro de poemas inédito. Los datos son éstos: la luz de esa mañana en Zafra parecía especial, sobre todo, después de que cayeran más de tres y cuatro gotas en ruta desde Cáceres. Lucían nubes con sol desde el Arquillo del Pan, el de la Esperancita. Allí, en la terraza de un restaurante —Dropo— en la Plaza Grande mirando a la Plaza Chica. Y a los tejados, al cielo, a la iglesia de la Candelaria, al Parador —Palacio de los Duques de Feria—, al Castellar, a Zafra. Espléndido. Docena y media de amigos con un café bien servido: Roberto Farona —que ha publicado su crónica—, Luciano Feria, Rafael García Cabañas, Benito Estrella, José María Lama, José M. Martín Portales, Eugenio Carrasco, José Carlos Martínez Yuste, Patrocinio Sayago, Maribel Santana, Víctor Ruano, Juan García Gutiérrez, Fernando Clemente, José Manuel Panea. Y el poeta, el protagonista: José Antonio Zambrano, que leía su libro Lo que dejó la lluvia. Dijo José Antonio que nunca se había sentido tan bien leyendo poemas en público, con un silencio así. Dijo mi hermano al salir que podríamos oficializar estos actos y que no haya libro de amigo que se publique sin que haya sido refrendado —y reverenciado— en lecturas como ésta. Así que lo que dejó la lluvia en Zafra fue sol. Luminoso. 

1 comentario:

  1. Fue un lujo asistir a un acto público e íntimo (¡qué paradoja!). Magnífico poemario y, sobre todo, qué manera de leer su poesía. La de poetas que ha escuchado uno que no saben leer sus propios poemas.

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