Éste no es el quiosco de G.
Ayer, a las ocho y media de la mañana, cuando iba a recoger mi ejemplar de El País en el quiosco, el hijo de G. me dijo que no había llegado; y que no era un problema del transporte porque el resto de periódicos sí que estaba. Llegó a media mañana; y, en efecto, B. —la mujer de G.— me lo dio en el quiosco al pasar a las dos y media. Podían avisar o poner una nota, me dijo B.; pero nada. Esta mañana, leo en El País el titular de «La foto que El País nunca debió publicar» y con sorpresa me entero de todo —o parte de— lo ocurrido. De la falsa foto de Hugo Chávez entubado que estuvo publicada durante media hora en la página web del periódico y que pasó a algunos ejemplares de la edición impresa. Así que, a consecuencia de eso, El País, «con un gran esfuerzo logístico, procedió a frenar la distribución de ejemplares con la foto falsa y a retirarlos de los puntos de venta de España, Europa y América. Una nueva edición corregida sustituyó, con el consiguiente retraso a la anterior.» Algo así como un efecto mariposa al revés. El tsunami es Chávez y la mariposa soy yo, que me quedé sin prensa en papel hasta la hora de comer.
¡Vaya golazo por la escuadra!
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