viernes, julio 13, 2012

Desprecio


© EFE/Manuel H. de León
O atropello, que es palabra también utilizada en estas horas para referirse al desprecio con que el patrón Estado —torpe y despreocupado inveteradamente en la gestión de sus recursos humanos y de su productividad— trata a sus trabajadores y los somete a un injusto juicio social. Esta tarde, en Esto me suena de RNE, un ciudadano ha contestado con educación a otro que, crispado, preguntaba qué produce —"¡A ver!"—un funcionario: "Un funcionario es el médico que operó a su suegra de cadera y el fisio que la volvió a hacer andar; un funcionario es el que evitó el incendio de Villanueva de Córdoba, y otro funcionario frustró el atraco a Caja Sur en Posadas; otro funcionario tramitó, reconoció y dio la orden de pago de la jubilación de su padre de este señor;  y otro funcionario, por desgracia, reconoció el derecho y mecanizó la prestación por desempleo de su hermano. Todas estas cosas son las que hacen los funcionarios que, según él, no producen".

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