Un día le escribí en una dedicatoria "A Luis Arroyo Mozart". Suscribo plenamente lo de excelente ciudadano, y lo que pudiera añadir sobre su condición de amigo, su sensible inquietud y su costumbre de íntegridad en la vida, también lo digo. ¡Por Dios, lo acabo de convertir en una estatua!
Nada, que puedan caer con él y contigo cuando queráis unas cervezas.
Un día le escribí en una dedicatoria "A Luis Arroyo Mozart". Suscribo plenamente lo de excelente ciudadano, y lo que pudiera añadir sobre su condición de amigo, su sensible inquietud y su costumbre de íntegridad en la vida, también lo digo. ¡Por Dios, lo acabo de convertir en una estatua!
ResponderEliminarNada, que puedan caer con él y contigo cuando queráis unas cervezas.
Me sumo encantado a este íntimo y espontáneo homenaje a Luis Arroyo, a quien tanto debemos.
ResponderEliminarMe abrumáis. ¡Cuánta coña! Y yo, con estos pelos.
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