lunes, enero 30, 2012

Lunes

Antes, las mañanas de los lunes siempre eran propicias para la conversación sobre fútbol. No es propiamente una experiencia que pueda contar; aunque recuerdo que en el instituto había un profesor que siempre comenzaba la primera clase de la semana comentando el resultado de la Real Sociedad del día anterior. Antes era así. Ahora ya todo es distinto, porque el fútbol ocupa toda la semana, incluso los lunes. Hoy juega el Atlético de Madrid —el del nuevo remake, el de Cholo en casa, un chiste, por cierto, ya inventado sin intención cuando volvió al Racing Club de Avellaneda de su Argentina. Afortunadamente, el fútbol no suele ser tema de conversación entre los compañeros con los que me topo. Con la que está cayendo, siente uno la necesidad de no bajar la guardia con lo trivial y lo frívolo; aunque tampoco sea para ir por la vida de circunspecto y trascendente. No lo soy. Y hablaba hoy con un compañero de lo serio, es decir, compartía con él un asunto de índole filológica —sí, con la que está cayendo—, cuando surgió la conversación de pasillo con otros dos convecinos de siempre grata presencia. Y me llamó la atención que los dos asuntos de más enjundia con que nos abordaron fuesen el telonazo a un cuarteto extremeño que concursó en el Gran Teatro Falla de Cádiz este fin de semana, y que algunos dicen que provenía de Zafra; y el papelico manuscrito del acta de votación del jurado popular que ha declarado inocentes a Francisco Camps y a Ricardo Costa, con la falta de ortografía —la primera— con la que ilustro esta entrada y otras lindezas que pueden ampliarse en el blog de un chico de diecinueve años, cordobés. Qué país, ay, los lunes.

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