domingo, octubre 23, 2011

Conversación contra parlía

Tenía que haber escrito aquí mis primeras impresiones cuando terminé de leer Conversación, de Gonzalo Hidalgo Bayal. En caliente. Fue en Zafra, entre el 10 y el 11 de septiembre. Sin embargo, lo dejé estar. Escribí, sí, en caliente, a GHB unas líneas con mis felicitaciones, una pregunta y los siempre impertinentes avisos sobre alguna errata o inconveniencia. Me encantó el libro. Ya han salido algunas opiniones muy fundadas —la primera fue de Álvaro Valverde— sobre Conversación, y estoy de acuerdo con casi todo lo que se ha dicho. Menos con lo de Cary Grant y La ventana indiscreta de Hitchcock de la reseña de Ayala-Dip en el recién pasado Babelia, con casi todo. (Al pobre de James Stewart le estará picando la pierna enyesada.) Leí Conversación y sentí muchas ganas de conversar de verdad, y no, como se lee en "Reparación", el último de los relatos de este libro, de andar de cháchara, parloteo o parlía. Yo también podría decir que hablo, que escribo, para decir que existo, que sigo por aquí; pero lo más importante es que lo hago para decir que el libro de Gonzalo Hidalgo existe de una manera ejemplar y edificante. Aunque he de confesar que por primera vez he sentido leyendo a Gonzalo que habrá lectores a los que les cargue este tipo de literatura, que hojeen el libro y lo desprecien por falta de diálogo.

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