a Miguel Ángel Lama
La vida no me ha dadocomo a Tántalo
otro don que el de la perspectiva
por siempre en la distancia
de los seres amados,
y el sueño de una tierra
más benéfica
o sin el sinsentido de mis pasos.
Detrás de estas ventanas
cada tarde
hago de este destierro
mi clemencia
e invoco la razón
de lo negado.
Un regalo de Carlos Medrano
Querido Miguel Ángel, la lectura de este poema en tu blog me ha sugerido el que a continuación te regalo, recién acabado, con todas sus provisionalidades. Siempre lo personal y lo simbólico dándose la mano en el sentido de lo que buscamos, hacia afuera, hacia adentro, igual que el ojo que al quedarse ciego descubrió la visión de otro mensaje no condicionado, y propio. Gracias por reincidir en tu cordialidad conmigo en tu blog. E insisto, este poema ha nacido como diálogo con este gesto tuyo.
ResponderEliminarApariencia de límite
Guárdame
lo que encierre tu mano,
el hueco transparente
donde tal vez repose,
sin memoria de sótanos
que como pez me ocluye.
Reiné un día de brumas
no querido por nadie.
Pero sé del deseo
de un cauce silencioso.
Una palabra basta
vibrante que recuerde
el descanso de helechos
que no holló la serpiente.
En tu mano que abres
se posa el sueño blando
de un planeta sin peso:
salva el fuego si caigo
allí donde fui libre.