© Lorenzo Cordero (2009)
Mis almuerzos con gente importante continúan. El problema es que siguen siendo con la misma persona. Es broma. El sábado, sin ir más lejos, comí con mi madre. Eso sí, a distinta hora, aunque en la misma habitación. Y eso también, en la habitación de un hospital. Convalece. Se recupera. A lo que iba: he vuelto a comer con Antonio Sáenz de Miera, que ha venido a Cáceres a dar una conferencia en el Aula HOY a la que hemos acudido once personas en un salón dispuesto para trescientas. Habló ayer sobre la nueva Ley de Responsabilidad Social y Empresarial que ha promovido la Junta de Extremadura. Llovió abundantemente en Cáceres, por eso estuvimos tan poquitos. ¡Ay!
Se me ocurre mucho sobre la ley. La voluntariedad. La exigencia. La responsabilidad inherente. La distinción entre lo público y lo privado. Algo quedó dicho en el coloquio y lo dejó bien explicado el conferenciante. Hoy nos vamos a Badajoz Antonio y yo. Él, a volver con su charla —espero, y estoy seguro, con más público— y yo a la competencia; a la lectura de Pere Gimferrer en el aula poética Díez-Canedo. Dice Antonio Sáenz de Miera que le gustaría ir, claro. Será un placer llevarle en el asiento de al lado. Conduciré yo, claro. Algún día escribiré sobre mis viajes con gente importante. Por ejemplo, con Jesús Aguirre, el duque de Alba, con Manuel Vázquez Montalbán, con Antonio Sáenz de Miera, con mi madre...
Estoy al tanto de la recuperación de Justina por Trini y por Concha Vacas. Espero que vaya todo bien. Un abrazo compadre.
ResponderEliminarGracias, compadre. Hoy (ayer martes) le han dado el alta. Un abrazo.
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