© De Desafío al tiempo (Frequency), de Gregory Hoblit, 2000.
Recuerdo que una de las novedades que trajeron las televisiones privadas cuando comenzaron a emitir en España —no hace tanto tiempo, pues veinte años no son nada— fue eliminar los créditos de las películas. Me resultaba enojoso que se cortaran bruscamente para dar paso inmediato a la publicidad y a otros programas de la parrilla, por razones económicas, supongo, o de tiempo. Siempre me molestó. Y siempre, empero, nos quedaba la televisión pública, que no tenía esos hábitos.Cuando RTVE suprimió la publicidad afloraron muchas razones para el optimismo y cierta regeneración de un concepto de televisión informativa y formativa; pero hete aquí que ahora la televisión pública es la que interrumpe con mayor brusquedad si cabe los créditos de cualquiera de las películas que emite, tanto en La 1 como en la supuesta cadena de contenidos culturales, La 2. No lo comprendo. ¿Cine sin cortes? No doy crédito.
Totalmente de acuerdo contigo, ¿no se podría hacer algo para que de una vez por todas, los responsables de RTVE entiendan que la película termina cuando acaba el rollo de cinta?
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