Por lo menos hacía tres años que Enrique Cerrillo, profesor de Arqueología, compañero en la Facultad, me venía hablando de su proyecto. Me consta que este trabajo le ha llevado más del doble de ese tiempo. Yo creía que estaba escribiendo una biografía de Simón Benito Boxoyo, el escribano, el pendolista, el historiador local del Cáceres dieciochesco. Sin embargo, luego supe que se trataba de una edición de las Noticias históricas de Cáceres y Monumentos de la Antigüedad que conserva (1794). Pero es más que eso. Es biografía de Boxoyo, es edición con su trabajo textual, sus notas, y es estudio riguroso de la historia y la intrahistoria cacereñas desde finales del siglo XVIII. Es eso y es también un escrito —sólo 75 páginas de las trescientas de este libro espléndidamente editado las ocupan las Noticias…— en el que Enrique Cerrillo muestra su profundo amor por esta ciudad y su cercanía cordial al objeto de su estudio. Son especialmente reveladores los momentos en los que imagina la actitud de Simón Benito al escribir sobre Cáceres; y también la intencionalidad veneradora de las dos citas —de Tomás Pulido y de Ángel Rodríguez Sánchez— que abren el volumen.
El manuscrito de Boxoyo está fechado en 1794 y no se publicó una copia hasta más de ciento cincuenta años después, cuando Miguel Muñoz de San Pedro y Domingo Sánchez Loro lo editaron bajo el título de Historia de Cáceres y su Patrona (1952). La edición de Enrique Cerrillo se basa en la copia que está en el origen del más ejemplarizante testimonio por mantener viva la memoria del que fuera capellán de la familia de los Golfines y autor de estas Noticias: la librería fundada por Jaime Naranjo con el nombre de “Boxoyo Libros” y que tomó como imagen identificativa la lámina del folio 55 del manuscrito que representa la estatua de la supuesta Ceres, que, como señala Enrique Cerrillo, es un togado capite velato (cubierto). En 1998, un año antes de crear la librería, Jaime Naranjo compró en Madrid el manuscrito que ahora ve la luz auspiciado por él mismo como editor (Cicon Ediciones), con lo que cierra un empeño de rescate de la historia local de más de una década.
Los elementos que presentan y complementan este documento son muy destacables. Por supuesto, el estudio sobre Simón Benito Boxoyo y la vida cacereña en el siglo XVIII y sobre la estructura y contenidos históricos de las Noticias; pero también los apéndices con algunos documentos referidos al cronista y con el ensayo de un catálogo bibliográfico de Boxoyo, y los índices onomástico y toponímico. E igualmente el centenar y pico de ilustraciones, con reproducción de portadas de libros, grabados, fotografías procedentes de varios archivos o algunas hechas para la ocasión por Pepe Higuero… Y, por último, la curiosa perspectiva octogonal de Cáceres del grabado de José Manuel González Martínez que remata la cubierta posterior.
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