Por poco no ha coincidido la representación de esta obra de Lope con la noche de su título. Para mí, junto a Casa con dos puertas..., de Calderón, en el montaje de Manuel Canseco, ha sido el final de esta XIX edición del Festival de Teatro Clásico de Cáceres, ya que no pude asistir ayer a Los locos de Valencia, otro Lope, de Teatro Corsario, una compañía solvente que celebra los 25 años (hay exposición en San Jorge hasta el 12 de julio), y un montaje muy interesante según algún espectador cualificado. Grata experiencia haber conocido a su director, Fernando Urdiales.
También ha sido una suerte conversar antes y después de La noche de San Juan de la Compañía Nacional de Teatro Clásico —la Joven— con la directora del montaje, Helena Pimenta, y con la autora de la versión, Yolanda Pallín. Estuvieron, junto a Manuel Canseco, Miguel Murillo y Ana Zamora en la mesa redonda que clausuró el curso de verano de la UEX Lecciones de teatro clásico, en donde también pudimos escuchar el análisis de la esta comedia de senectute por parte de José Roso, compañero de departamento.
La propuesta escénica de esta noche es espléndida, y, junto a la excelente ejecución de los actores y la sabiduría en la interpretación de los textos clásicos a que nos tiene acostumbrados Helena Pimenta, han hecho de este espectáculo un delicioso fin de fiesta que hoy podría repetirse en términos futboleros. Por cierto, la música en directo en este montaje es otro atractivo. El desastre lo trajo otra música, la verbenera que el viento traía de alguna fiesta de barrio o cosa parecida. Riesgos del arte al aire libre.
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