domingo, junio 08, 2008

Eugenio Montejo

Hace seis años, en el número 5 de Hablar/ Falar de Poesia, de 2002, publicamos una entrevista de Francisco José Cruz con Eugenio Montejo, que murió el viernes en la ciudad en la que nació en 1938, Caracas. Recuerdo perfectamente la reunión del consejo de redacción de la revista en la que Francisco José Cruz —el director de Palimpsesto, de Carmona (Sevilla), poeta y, sobre todo, una persona excepcional— propuso aportar para el número en preparación una entrevista con el poeta venezolano. De vez en cuando, ocurrían estas cosas en aquellas reuniones. De pronto, alguien dejaba caer una entrevista con un poeta de tanta importancia o un inédito de José Ángel Valente, o de Pessoa... Conocía muy poco de Montejo, pero aquello de Francisco J. Cruz me indujo a leer lo que se había publicado más accesible. Al poco tiempo apareció en Pre-Textos Papiros amorosos.
Aquel número de Hablar/Falar de Poesia quedó bastante redondo. Llevó también el homenaje a otro grande, a Manuel Hermínio Monteiro, que tanto hizo por la poesía en Portugal, y en España, y a quien tanto debió aquel proyecto complejo que fue este periódico de revistas poéticas hecho desde Extremadura. Es curioso: leo hoy la necrológica de Montejo en El País firmada por otro querido escritor, Javier Rodríguez Marcos, que publicaba en aquel número de Hablar/Falar de Poesia tres espléndidos poemas de su espléndido libro Frágil, que apareció aquel mismo año, 2002.
A Eugenio Montejo le interesó mucho, y la practicó, la literatura heteronímica (El cuaderno de Blas Coll), y de ello habló en aquella entrevista, en la que contaba que había vivido siete años en Lisboa y se refería a su conocimiento temprano de Pessoa. Fue amigo de António Ramos Rosa y de José Bento, y conoció a dos autores cercanos a Extremadura ya fallecidos: Fernando Assis Pacheco y Al Berto. Aquella conversación se cerró con la alusión a una pregunta que le hicieron a Octavio Paz sobre qué heterónimo pessoano prefería. El poeta mexicano respondió sin titubear:
—Alberto Caeiro.
Y alguien insistió en el porqué:
—Porque no lo comprendo.

1 comentario:

  1. A mí me pasa lo mismo con Ricardo Reis.

    Me quedo con Álvaro de Campos. Por las tripas y lo demás.

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