Hoy han tenido que ‘echarme’ de la Biblioteca Pública de Cáceres. He pasado buena parte de la mañana allí, hasta la hora del cierre matutino, la una y media, leyendo libros viejos. Entre ellos, uno que incluye un curioso diálogo, Política popular acomodada a las circunstancias del día —podría pasar por texto de blog—, firmado por el “Doctor Mayo de 1808”, y que fue contestado en una Carta por el “Licenciado Siempre y Quando”. Vuelven a abrir a las cinco de la tarde, hasta las ocho; y los sábados y los domingos amplían el horario en dos horas; abren media horita antes por la mañana y cierran otra media después, y, luego, el cierre a las nueve de la noche.La Biblioteca Pública de Cáceres es una de las instituciones principales de esta ciudad, y no sé si los responsables de la gestión cultural tienen realmente en cuenta esta categoría o es asunto no opinable por un estúpido respeto a la distribución de competencias. La Biblioteca Pública del Estado en Cáceres lleva desde 1995 el nombre compuesto de “Antonio Rodríguez-Moñino/María Brey”, como reconocimiento a esta pareja de bibliófilos, a la que debe un legado muy valioso de fondos depositados aquí desde hace más de medio siglo. Una razón más para que sea mimada como una de las instituciones más eminentes de esta ciudad.
Estuve varias veces en la sede provisional del antiguo edificio de la Escuela de Magisterio, pero no volvía aquí desde poco antes del verano de 2005, cuando comenzaron las obras que han logrado este aspecto renovado –abierto al público en enero de este año— que hace todo más agradable, más funcional, más limpio. Lo que no ha cambiado ha sido el trato del personal de la Biblioteca, desde su directora, María Jesús Santiago, hasta el empleado que me ha ‘echado’ con una educación exquisita. Sigue siendo un ejemplo de servicio público. Lo dicho, una institución.
Pues sí, profesor Lama, una de las cosas que más echo de menos de Cáceres es las tardes que me tiraba en la biblioteca y las sesiones de fin de semana que me daba... en fin, no voy por allí desde que la cerraron para reformarla, he estado una vez en el antiguo magisterio, pero no era lo mismo, era una solución demasiado provisional para todo lo que duró el aprovisionamiento... a ver si me escapo un sábado sabadete y paso el día en la biblioteca. Saludos.
ResponderEliminarSaludos, Raiko. Gracias.
ResponderEliminarYa hice en su día una queja formal ante la autoridad competente por lo que me parecía un horario demencial de La Biblioteca Pública del Estado en Cáceres (ahora creo que depende de la Junta, pero lo mismo da que da lo mismo), más parecido al de una frutería o una tienda de ropa que a eso que dice el Profesor Lama: UNA INSTITCIÓN. Y en verano, además, cerrada toda la tarde; lo dicho, como la pescadería de mi barrio. Respuesta de la autoridad competente: viene poco público, hay poco personal y cosas así.
ResponderEliminarY por lo que se ve, con la reapertura todo igual.
¡Viva Cáceres Capital Europea de la Cultura!
Totalmente de acuerdo con Fco. Gil. En Cáceres se lo ponen difícil a quien de verdad le gusta la cultura o se dedica a la investigación. Parece que es una obligación dormir la siesta. Se debería tomar nota de otras bibliotecas y tenerla abierta ininterrumpidamente de 8-22.00 h, por ejemplo. Y que no digan que va poca gente porque en época de exámenes no se cabe. Es una vergüenza, a las 15.30 se puede ir al carrefour o al eroski, pero no a la biblioteca a estudiar.
ResponderEliminarMi texto tenía una pretensión constructiva; pero, sin duda, a la hora de hablar de lo mejorable hay que hacerlo del horario.
ResponderEliminarTardíamente, no sé si alguien verá este comentario ahora, diré como trabajador de otra biblioteca pública de la Junta que los horarios responden a la existencia de una plantilla única de semana, más otra de fin de semana. La de semana ha de desdoblar su horario entre mañana y tarde. Personalmente pienso que la situación obedece a una limitación presupuestaria. La Consejería de Cultura tendría que solucionarlo, ¿lo veremos algún día?
ResponderEliminar