Alguien me preguntó hace años qué podría hacer para que sus hijos leyesen. Se quejaba de que no cogían un libro.
—¿Tú lees? —le pregunté.
—¿Yo? Ni el periódico —me respondió.
Puede ser que esa misma persona, si ha leído —lo dudo; se la habrán contado— la noticia de los datos del Barómetro de hábitos de lectura y compra de libros por Comunidades Autónomas en 2007 que ha difundido la Federación de Gremios de Editores de España, esté hoy llamando inoperantes e inútiles a los planes de fomento de la lectura que afortunadamente están funcionando en este país.
Es curioso; alarmante, más bien. Es como si inventases una máquina para limpiar las calles de cacas de perro y el día que se estropea te llueven las protestas de los dueños de los perros de las cacas. Aunque no es lo mismo; porque la máquina se inventa para luchar contra algo malo y los planes de fomento de la lectura se crean para potenciar lo que ya es bueno. Aun así, se critican; y nadie se plantea si han evitado que el descenso sea mayor.
A mis amigos Álvaro Valverde y Luis Sáez Delgado —el primero que lo fue y el segundo que lo es—, responsables más que cualificados del Plan de Fomento de la Lectura de Extremadura y que han trabajado y siguen trabajando como escritores, como docentes, como gestores y como ciudadanos para hacer de nuestra sociedad una sociedad más culta y más libre, con más libros y con más lectores.
Y MEJORES lectores. Que hay quien lee cada cosa...
ResponderEliminarLo dije por ahí: que siempre se habla de las causas, pero no de las consecuencias. De lo que supone que la gente no lea.
Aunque al final siempre acabo pensando: "Pues mira, tú que te lo pierdes"...
Aunque el modelo no lo es todo. Yo he visto esa desesperación (esta vez, sincera, no grotesca como la de tu caso) en una librera convencida. Aunque se siembre la semilla, no siempre prospera.
ResponderEliminarLos planes lectores tienen su miga, a veces. No conozco los de Extremadura, no hablo de ellos. Pero por ejemplo "concursos" del tipo "Leer tiene premio" me parecen más bien absurdos. No leemos por eso, por entrar en el sorteo de un mp3. Leemos porque nos apasiona, nos entretiene, nos conmueve, nos instruye, mil otras cosas. Esa pasión es la que hay que contagiar, digo yo.
El pasado diciembre estaba con la familia en EL gran centro comercial y me fui con los niños a la zona de los libros a esperar. EN los 20 minutos que estuve, TRES PRESONAS TRES, preguntaron por el último libro de Pío Moa. Así que uno, que siempre había pensado que no hay libro tan malo que no se pueda sacar algo bueno, empecé a pensar si leer es un acto bueno "per se". Imagino que en esto pasa como en todo y que no todo lo que se traga en un McDonals debiera llevar el título de "comida"
ResponderEliminarAfortunado... En tu centro comercial ¡hay libros! En el mío le pregunté por la librería al amable asesor de seguridad (por no molestar a los orangutanes, lo llamaré así) y sopesó seriamente si detenerme por alborotador. :D
ResponderEliminarTendrá algo que ver que, por ejemplo, en algunas bibliotecas municipales sólo se pueda tomar prestado un libro por socio, y por diez días? que en otra, si no eres natural de ese municipio, aunque seas socio, te hacen dejar una fianza de 20 euros? que en la biblioteca central de la UNEX un estudiante sólo pueda sacar 4 libros a la vez? Esa mentalidad de algunos bibliotecarios que consideran los libros como tesoros que hay que proteger en lugar de difundir, aunque se desgasten y haya que reponer ejemplares quizás tenga algo que ver. Por otra parte, el precio de los libros, muy alto para un joven sin trabajo y también, por qué no decirlo, la falta de atención por parte de los medios (qué le costaría a TVE hablar en cada informativo, de un libro de novela, teatro, ensayo o poesía?)
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