En el programa de Radio 3 que dirige y presenta Tato Puerto,
En un mundo feliz —lunes a viernes de 18.00 a 19.00—, hoy, jueves, ha intervenido, como todas las semanas,
Joaquín Araújo. Sus palabras hoy sobre Extremadura deberían reproducirse permanentemente en esta región cada vez que alguien habla de aeropuertos, de refinerías, de hormigón..., sin orden ni concierto, con el único objetivo de parecerse a los que más tienen, a los que más pueden, a los que más progresan.
Hacía tiempo que no escuchaba un elogio de esta tierra tan cabal como el que hoy ha hecho Joaquín Araújo, que vive en ella, y que la trabaja. Los valores de esta “reserva inteligente”, que debería ser ejemplo del desarrollo y del progreso sostenibles, son tan evidentes que acallarían cualquier asomo de intención de parecerse a los otros.
© Fotografía de Ismael Rozalén
Miguel Ángel, perdona que te diga pero es muy fácil hablar así cuando se tiene un trabajo estable y bien pagado. Cuando uno es joven y ve que casi todos sus companeros de instituto, después de terminar la universidad, tienen que irse a Madrid, Cataluña o Navarra para trabajar. (Quién puede trabajar como químico, como ingeniero industrial, etc., etc, como cualquier cosa que no sea funcionario en Extremadura?) uno no puede tener una visión tan idílica de Extremadura. Basta ya de apologías del atraso desde Gabriel y Galán hasta nuestros días.
ResponderEliminar"Tienen que irse". Siempre oigo eso: "tienen que irse".
ResponderEliminarYo estudié la carrera fuera. Trabajé en varias ciudades. Ahora trabajo aquí. En Extremadura. Tengo amigos sevillanos que se han ido a trabajar a Asturias; amigos jienenses que están trabajando en Granada; amigos madrileños que se han ido a Valencia; amigos valencianos que están en Mérida; un hermano que está en Galicia... Nunca había oído, hasta que regresé a Extremadura, el discurso victimista "tienen que irse".
La gente no "tiene que irse". No se equivoquen, señores: nadie te obliga a irte. No te han violado en una guerra, no eres un testigo protegido, no eres un refugiado. No "tienes que" irte a ninguna parte. Sólo tienes que trabajar (si no quieres seguir viviendo de tus padres). Y, en este mercado laboral, uno acaba viviendo donde trabaja... cuando sería mejor que trabajara donde vive. Pero eso pasa en Extremadura y en Galicia.
Cada vez que oigo eso, me imagino un éxodo de jóvenes, marchando con pancartas de Extremadura ("de su tierra", dicen: permítanme: que yo caí aquí como podía haber caído en África) gritando "me obligan a irme, me obligan a irme...", este gobierno (o cualquier otro de signo contrario, que lo mismo da que da lo mismo) me obliga a irme porque aquí todos estamos atrasados y esto es horroroso y aquí no hya ningún trabajo para nadie ni...
Y de verdad: no sé qué percepción de la realidad tienen ustedes, los de Extremadura está atrasada y hay un éxodo de jóvenes OBLIGADOS a trabajar (¿obligados? ¡Pero si tener trabajo es un PRIVILEGIO!) fuera de su tierra. Pero yo me parto toa cuando lo oigo, oyes.
Brevemente: yo soy catalán y tuve que irme a Murcia, en el viaje inverso del que hicieron mis padres. Y no soy el único. Con el exagerado coste de la vivienda, por ejemplo, que es muy inferior en Extremadura que en Madrid o Cataluña, su región parte con enormes ventajas para los profesionales autónomos que trabajen en casa, como traductores.
ResponderEliminarse puede vivir en Extremadura sin ser funcionario y haciendo lo que uno quiere y le gusta. A lo mejor no te da para ser millonario. Hace falta un poquito de imaginación. Lamentarse no sirve para nada.
ResponderEliminarNo se trata de hacer una "apología del atraso", sino todo lo contrario. Quizá el 'quid' esté en que no tenemos la misma idea del progreso. Gracias, Anónimo, en cualquier caso, por el comentario, de verdad. Y a los demás, por supuesto.
ResponderEliminarPuede ser, Miguel Ángel pero, cuál es tu idea de progreso entonces?
ResponderEliminarYo no soy ningún teórico. Simplemente, me hago eco de unas palabras muy cabales de Joaquín Araújo, que lleva toda la vida divulgando la necesidad de que respetemos el mundo en que vivimos.
ResponderEliminarMi idea del progreso tiene mucho que ver con todo aquello de las necesidades inútiles: la educación, la cultura y las artes, el goce de un paseo entre árboles...
Miguel Ángel: a ver si se entera el tal Guillermo y adláteres, que siguen empeñados en la refinería; y gentes como Vela y tantos otros, cuya idea de progreso es la zopenca de que "Cáceres crezca". ¿Les parece poco el crecimiento-destrucción a que se ha visto sometida Cáceres en los últimos años? El bosque de grúas avanza en detrimentos del otro.
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