Hace menos de treinta horas —la precisión aquí no tiene ninguna importancia— hablaba con mi hermano José María, aquí en casa —tampoco...—, sobre el fondo del asunto que expone con fastidio y buena pluma Santos Domínguez En un bosque extranjero, su blog. Tiene razón.
Alguien tiene que aprender a valorar lo que algunos hacen; eso sí, sin llegar al extremo tan extendido de medir la calidad de lo contratado por el importe de la contrata. Yo tengo una insignia para el ojal de la chaqueta que me regalaron por haber dado una conferencia y tuve un lomo ibérico, excelente, por presentar un libro. Alguien tiene que haber decidido que ir a una ciudad que no es la tuya a dar una charla o a hablar sobre una novedad editorial no se paga. Ni la gasolina.
Otra cosa es la cantidad, y ahí, como en la pescadería, entran, como el sentido común, el mal gusto y la tontería.
Santos Domínguez, el aludido por Santos en su texto, y muchos otros hemos hecho gratis et amore mucho de lo que para otros supone un rendimiento dinerario. Algunos más que otros, y para algunos más que para otros, bien es cierto.
Hace poco le pregunté a un colega amigo que me propuso participar en un ciclo de conferencias si se pagaba. "—Por supuesto", me dijo disculpándose por no haberlo mencionado en un primer momento, y acompañándome en el sentimiento —es compañero de profesión. Ahora me han pedido la colaboración semanal en un medio, y he aceptado, sin preguntar cuánto van a pagarme. He supuesto, siempre, que me pagarán. Así que hablar de cantidades me parece de mal gusto.
Como el blog de Santos no admite comentarios, ofrezco este espacio para los que quieran escribir sobre el asunto, y, por supuesto, para que Santos añada lo que quiera y que matice.
Querido Malama: cuánta razón tiene Santos en lo que dice y tú en lo que apostillas. Los que llevamos toda la vida sentados al otro lado de la mesa, enfrente de los que tienen la generosidad y el talento para ayudarnos a regresar a casa esa noche sintiendo que aun queda un territorio para la palabra, el ritmo y la inteligencia, sabemos que su esfuerzo no debe ser gratuito; quienes se extrañan de que un escritor reciba una compensación por ofrecernos su palabra son los que entienden que el arte no es otra cosa que un puro ornato, un adorno que poner y quitar cuando convenga. Ignorantes, desconocen lo fundamental.
ResponderEliminarEscritores,conferenciantes... tantas veces ninguneados. Mi amigo PSP, hoy retirado y devastado por el Alzheimer se reía conmigo cuando organizábamos cursos sobre el jardín y el paisaje y salíamos "lo comido por lo servido". Pero ese albur de no preguntar cuánto pagan (me reconozco en ella) tiene, por fuerza, que ofrecer la contrapartida de que "por supuesto" se paga. Aunque ya se sabe que muchas veces no.
ResponderEliminarNo por ello dejaremos de acudir a las llamadas de tantos amigos que, al menos, nos facilitarán combustible y alojamiento digno.
Saludos.
Durante años (93-99) recorrí institutos de la región dando charlas sobre un asunto del que casi me especializo. No cobraba nada porque representaba a una ONG. Si daban algo - normalmente 5000 pts.- era donativo para la ONG. En algún sitio daban plumas o libros. Las plumas acabé quedándomelas yo. Y los libros también, tras prestarlos a todo el que me los pedía. En una ciudad cercana a Zafra me dieron una cajita envuelta en papel de regalo. Pensé que era un reloj de caballero y planeaba rifarlo con el resto de compañeros del grupo. No abrí el detalle delante del Director que me había invitado. Así que me monté en el coche y abrí un estuche con una medalla enorme, fea y pesada, de sucedáneo de bronce, con el emblema del Instituto y una cinta con la bandera regional. Todavía está en la sede local de la ONG. Cuando nos aburrimos y queremos hacer alguna gracia nos la colgamos como si fuéramos representanntes en el congreso del PCUS. Fue todo un detallito.
ResponderEliminarLa mayoría de las colaboraciones en Extremadura suelen ser por amor al arte, así que no supongas nada.
Pues sí, pero no me salgas muy caro, que la colaboración corre de mi cuenta.
ResponderEliminarMiguel Angel, me he reído con este texto y con la entrada de Santos porque precísamente estoy trabajando en el tema. Me compré un manuscrito precioso de Ramón Gómez de la Serna, catorce páginas de texto divertidísimo -y como objeto en sí fascinante- titulado "despedida de la Conferencia". En él Ramón se despide del género conferencial alegando razones maravillosas (entre otras ésta del pecunio ya que parece que su santa pedía un sombrero para acudir cada conferencia y esto le estaba arruinando).
ResponderEliminarEn fin, estoy escribiendo un librito (con el mismo título que el texto de Ramón) sobre la nostalgia de las conferencias, sobre su origen, desarrollo y muerte... Por eso te escribo para saber si conoces -o algúno de los nautas de por ahí sabe de ello- bibliografía sobre el tema. ¿cuándo nació esa cosa tan rara de la llamada "presentación de libros"?¿Quien fue el primero que arracimó la conferencia en "Ciclos"? ¿Por qué la conferencia pasó de darse de pie a darse sentado y si el atril nació para sostener papeles o para que se agarrase el conferenciante y no se desmayase con el vértido de las palabras? ¿Por qué los micrófonos regulables en altura siempre lo están muy altos avergonzando con ello a los conferenciantes bajitos? Las flores a pie de mesa conferencial ¿no hacen de todo el conjunto una tumba de mucho cuidado, como si toda palabra allí dicha fuera en realidad un responso? En fin. Tengo mil dudas, agradezco cualquier ayuda.
Gracias
¿Y en qué medio será esa colaboración? Si no es mucho preguntar.
ResponderEliminarA Paco, a fpc y a puntos de vista: es así. Pero seguimos en la brecha.
ResponderEliminarA Una Excusa: no voy a consentir que se me pague así.
A Javier Castro: dame tiempo para darte algún dato. Conoces bien lo que dice Trapiello en sus diarios sobre estas cosas de las conferencias, y no sé si gentes como Pepe Esteban, o, de más antiguo, Ortega o Pérez de Ayala pueden decir alguna cosilla... Con lo que me encuentre, ten seguro que te lo paso. Gracias.
A Fco. Gil: el medio es Canal Extremadura Radio.
Si no es mucha molestia, ¿podrías concretar día y hora, por favor?
ResponderEliminarGracias.
Bueno, todavía no se ha concretado. El programa Agitación y Cultura cambiará de horario, y creo que será por la tarde. Lo que me han encargado es una intervención, corta, sobre libros, una vez a la semana. En cuanto sepa algo más, intentaré ponerlo por aquí de algún modo. Gracias por tu interés. Un saludo.
ResponderEliminarMiguel Angel gracias por tu ayuda ya que estoy más despistado y con menos ideas que los del 2016 que ya es decir. Tengo dudas sobre la fecha de nacimiento de la criatura "Conferencia" pero imagino que debió ser allá por el XIX con los Ateneos y las Sociedades de Amigos del País. Respecto a las presentaciones de libros me imagino que es un invento de cuando Franco ya que está pensado para que los que no leeen ni compran libros puedan barnizarse y darse brillo y de paso tomar unas aceitunas. Tampoco sé cúando nacen las mesas redondas que últimamente se extienden con la virulencia de tumores, pero ahí sí creo poder fechar el asunto en torno a los ochenta ya que en mi juventud las mesa eran más bien solitarias y rectangulares y lo del corrillo y las mini intervenciones no se estilaba.
ResponderEliminarMuchas gracias por cualquier pista que puedas darme sobre este tema tan espinoso.