Es mi papel la aflicción, es la angustia, es la miseria, la desdicha, la pasión, el dolor, la compasión, el suspirar, el gemir, el padecer, el sentir, importunar y rogar, el nunca tener qué dar, el siempre haber de pedir, el desprecio, la esquivez, el baldón, el sentimiento, la vergüenza, el sufrimiento, el hambre, la desnudez, el llanto, la mendiguez, la inmundicia, la bajeza, el desconsuelo y pobreza, la sed, la penalidad, y es la vil necesidad, que todo esto es la pobreza.
Sobre los versos dichos por el Pobre al principio de El gran teatro del mundo, el auto de Calderón de la Barca , que veo gracias a una grabación editada en deuvedé por la Biblioteca Valenciana. Sobre un montaje dirigido por José Luis Alonso de Santos —autor también de la versión del texto— que se representó en el Monasterio de San Miguel de los Reyes de Valencia —sede de la Biblioteca Valenciana— entre el 3 y el 6 de julio de 2006. De los papeles que reparte el Autor, me gustan la Discreción y el Pobre, y echo en falta al Infeliz, al Cándido, al Triste, al Estúpido, al Indigno, al Malo. Sobre la omnipresente Voz de la Muerte. La Muerte o la Voz, que es toda la sombra en que se sumen todos los papeles, el del Infeliz, el Cándido, el Indigno... Que lo merecen. Por Tontos. No los busque nadie en Calderón; son míos.
Imagino este auto representado en la Plaza de San Jorge de Cáceres, o en las escalinatas y aledaños del Arco de la Estrella. Creo que funcionaría perfectamente. Con un poco más de reinterpretación escénica del auto —y es que este Alonso de Santos fue comedido—, funcionaría.
Sobre el título, creo que El Gran Circo del Mundo sería el idóneo.
ResponderEliminarGracias.