Más de dos meses han pasado desde mi última anotación sobre Paradoja del interventor. He de contar que hace un mes y pico un amigo me dijo que estaba poniéndome un poco cansino en mi cuaderno con los asperges sobre la novela de Gonzalo Hidalgo. Lo he dejado estar, pero no quiero que mi amigo, ni nadie, crea que han concluido mis apuntes sobre esa excelente novela. Dieciocho breves textos no son nada comparados con las páginas que cualquier obra literaria menor recibe del autor de un artículo publicado en una revista especializada.
En este tiempo, han aparecido algunas reseñas más sobre la Paradoja de Gonzalo. Me alegra mucho que buenos y sabios lectores tengan conocimiento de sabios y buenos escritores ‘desconocidos’ como GHB.
Acabo de ver las páginas que le dedicó el pasado domingo Liborio Barrera en El Periódico Extremadura, y las fotografías de Toni Gudiel en la estación y con Plasencia al fondo. Subrayo de lo que dice Gonzalo en esa conversación que ha querido escribir una novela en la que no ocurra nada, en la que un capítulo no lleve a ningún sitio de la trama y que, sin embargo, el lector sienta la necesidad de seguir leyendo. Es importante que se difunda así lo que tiene importancia y valor. Por ahora, sirvan estas líneas para dar pie a las próximas.
Sigo con auténtica pasión estas notas que aportas (perdón por el osado tuteo) sobre "Paradoja del interventor" de Gonzalo Hidalgo Bayal. Comparto tu opinión en que es una novela que merece toda nuestra atención. Es de lo mejor que he leído en los últimos años. Son excelentes tus apreciaciones. Seguiré atenta a estos asperges de notas que, a diferencia con tu amigo, suponen para mí una auténtica fiesta. Gracias por ello. Saludos
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