Recomiendo leer la entrada Un regalo del blog de Tato. Hace muchos años me sentí igual después de que alguien enredase en mis libros y en mis cajones. En la mesilla de noche había un paquete de tabaco rubio —yo, por aquel entonces, fumaba Ducados— y el ladrón encendió un pitillo —había ceniza en el suelo, al lado de la cama. Acababa de comprarme mi primer ordenador, vivía al lado de la comisaría de policía y los ladrones forzaron la puerta por las bisagras. Me parecen circunstancias reseñables. A los pocos días, el periódico publicó los signos que acostumbran a usar los 'cacos' para señalar sus objetivos. En mi puerta quise ver un pictograma cuya traducción según el periódico —creo recordar— era un displicente "Nada de interés", o sea, que no había joyas, que era lo que buscaban los ladrones. Otros mensajes informaban: "Mujer sola", "Ya limpiado" o "Limpio"...
Yo también pensé en mis ladrones, en sus sueños, sus pasiones, sus problemas, sus gustos; y recuerdo cómo me sentí al comprobar que alguien había estado hurgando en mis cosas, esa desnudez...