En las Actas de las XI Jornadas Bibliográficas Bartolomé José Gallardo, celebradas en diciembre de 2004 y organizadas por la Unión de Bibliófilos Extremeños, leo un artículo de Gonzalo Barrientos en el que habla de Juan Matheo Reyes Ortiz de Thovar, un erudito fraile a quien se pone en su lugar.
Las jornadas y el volumen fueron sobre falsificadores en la bibliografía, la historia y la literatura extremeñas. Pero me interesa mucho más (con perdón) lo que dice Gonzalo cuando justifica su participación en las jornadas, sobre las funciones del universitario. Docencia, investigación y gestión. Discrepa Gonzalo y considera la última, la gestión, insustancial e irrelevante, y propone que sea sustituida por la divulgación o información a la sociedad que le sustenta sobre las tareas del universitario. Discrepo. Creo, al contrario, que una buena gestión tolera y exige la divulgación y la información a la sociedad de lo que se hace, eso que Gonzalo expresa como "mi disponibilidad". Indudable y generosa. Por eso, leyendo a Gonzalo Barrientos como un buen profesor con esas miras, pero con un punto de desaliento, se me ha ocurrido que algún día tengo que escribir una carta abierta a mis compañeros mayores, esos que en los pasillos confiesan cuitas que no creo del todo. Fueron mis profesores y los de mis amigos. Ahora son compañeros, mis compañeros mayores, a quienes escucho con gusto. Algunos ya no están, porque se fueron de aquí o porque murieron, valga la redundancia.
En cualquier caso, es muy agradable leer a Gonzalo decir, sin venir a cuento, algo tan estupendo como que una de las patas posibles e importantes de nuestra razón de ser es divulgar e informar.