Me divierte en clase hablarles de Las vírgenes locas (1886), aquel delirio novelesco que se le ocurrió a Sinesio Delgado, el director de MADRID CÓMICO y en el que implicó a autores como Jacinto Octavio Picón, José Ortega Munilla, Miguel Ramos Carrión, Enrique Segovia Rocaberti, Leopoldo Alas, Pedro Bofill, Vital Aza, José Estremera, Eduardo de Palacio, Luis Taboada... "Se trata de escribir y publicar en el MADRID CÓMICO una novela sin género ni plan determinado y de la cual cada capítulo ha de ser original de un autor diferente, que lo firmará y se retirará de la palestra sin cuidarse más del desarrollo del asunto ni de lo que harán los que le sigan." La travesura, bajo la cual hay un serio intento de reflexión sobre la novela y no poca crítica a los modos del folletín, se fue complicando y tuvo que ser Clarín quien reorientase el asunto.
Lengua de Trapo, en 1999, publicó una edición moderna de este curioso texto a once manos. EL PAÍS y otros periódicos se hicieron eco de esta novedad editorial como si fuese un descubrimiento. En enero de 2000, el profesor José Manuel González Herrán publicó una carta al director en EL PAÍS en la que matizaba que el tal descubrimiento tenía ya algunos años, pues en 1985 la editorial Júcar publicó Las vírgenes locas como apéndice de Cuesta abajo y otros relatos inconclusos, de Clarín, en edición de Laura Rivkin. Poseo recorte, como decía don Fernando Lázaro Carreter.