sábado, mayo 15, 2021

15-M

© Hoy
Esta mañana de sábado me he acordado de un artículo celebrativo de Eugenio Fuentes que publicó el diario Hoy el domingo 28 de marzo de este año con el título de «Me vacuné con AstraZeneca». Lo leí con sana envidia y con fe y confianza compartidas en la campaña de vacunación para inmunizarse ante el maldito virus. Hoy vuelvo a suscribirlo, aunque yo tendría que decir «Pfizer». Acudí a la cita para la que fui llamado hace cuatro días y ha sido un sábado festivo. En primer lugar, porque en parte parecía una de esas convocatorias de antiguos compañeros de promoción que celebran reencontrarse con afecto y alegría; pero también porque hay que aplaudir la organización perfecta de algo tan complicado. En primera línea, los voluntarios de ARA (Asociación Radio Ayuda), luego, auxiliares que tomaban los datos, una médica que te preguntaba, otro control en mostrador y una silla dispuesta para vacunarte con amabilidad. Todos atentos a todo. Ahora sí que no comprendo por qué hemos dejado de aplaudir desde los balcones a todos los responsables de la sanidad pública. Sé que P., docente ya vacunado, con quien me he encontrado en la zona de la fruta del supermercado, no comparte conmigo esto, pues él siempre se fija en lo que no funciona. Pero C., médico, sí me ha confesado que él también se emocionó cuando se vio en otra fase feliz, después de toda la pesadilla, y que estaba admirado por la acción de quienes han podido fabricar en un año una vacuna y lograr esta hazaña, la de quienes compensan la de otros tirando con precisión bombas sobre Gaza. El «venturoso antídoto», como decía aquel verso de Manuel José Quintana de un poema de 1806 dedicado «A la expedición española para propagar la vacuna en América bajo la dirección de don Francisco Balmis», que fue un cirujano responsable de esa expedición y que tradujo una obra principal de su colega J-L. Moreau de la Sarthe con el título de Tratado histórico y práctico de la vacuna, que contiene en compendio el origen y los resultados de las observaciones y experimentos sobre la vacuna, con un examen imparcial de sus ventajas y de las objeciones que se le han puesto, con todo lo demás que concierne a la práctica del nuevo modo de inocular (Madrid, Imprenta Real, 1804). Vamos, como hoy. Es la segunda vez que titulo «15-M» una entrada de este cuaderno, y espero que se me disculpe que celebre así un décimo aniversario.

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