Cuando nació su hermana no pude comprar los periódicos del día porque cayó en Sábado Santo; pero cuando él nació sí. Mis ejemplares han amarilleado; y, sin embargo, el papel mantiene su prestancia, y diríase que es de mejor calidad que el actual. Tal día como hoy, aquel 16 de mayo de 1995, el diario Hoy traía en portada una fotografía de la confluencia de la calle Gil Cordero de Cáceres con Plaza de América llena de ovejas en un acto divulgativo de la tradición trashumante. Era alcalde de Cáceres Carlos Sánchez Polo y el músico Rades interpretó un concierto de cencerros con un instrumento que él llamó «tintinábulo». Fue cuando Carlos Ménem volvió a ganar las elecciones en Argentina y estaba secuestrado por ETA el empresario guipuzcoano José María Aldaya, para cuya localización Francia reforzó su ayuda al gobierno español, como llevó a portada El País de ese martes. Es curiosa la coincidencia; y es que Francisco Umbral tituló aquella mañana su columna de la última de El Mundo «La oveja», una tremenda alegoría en el contexto de las elecciones municipales sobre el episodio que sufrió el ministro de Agricultura Atienza, a quien lanzaron unos manifestantes una oveja al coche oficial. Entre los sucesos, «Tres menores de edad matan a palos a un anciano en Valencia». Lo que no recogieron aquellos periódicos fue el gran acontecimiento del día: la muerte de Lola Flores. Qué curioso también que ahora repare en que la abuela Justa de Pedro, mi madre, naciese el mismo año que «La Faraona» (1923). Nació Pedro ese día dieciséis de mayo de hace veintitrés años y hoy es una felicidad celebrarlo, aunque nos separen más de novecientos kilómetros; lo que hay de aquí a Barcelona, en donde vive un año crucial en su vida. La gente que lo conoce sabe que es especial. Podría poner nombres de muchos de sus amigos, de antiguos compañeros de clase en Cáceres o en Salamanca, de amigos míos, de familiares..., muchos. El de Gaby, una compañera actual de estudios, es el último que tengo. Le pide que se anime a ser él el que grabe la locución para un acto memorable de su promoción de máster. Una delicia. Cuando cumplió once años escribí también aquí. Ya era hora de volver a hacerlo. Felicidades.
Aunque con retraso
ResponderEliminar¡Felicidades, Pedro!
Y enhorabuena al orgulloso padre.
Javier
Gracias, Javier.
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