lunes, febrero 27, 2012

Historia de la literatura portuguesa

Aunque tenga un propósito preferentemente divulgativo y una orientación académica para estudiantes de portugués, una Historia de la literatura portuguesa publicada en Extremadura (en España) debería tener más eco. Es un acontecimiento editorial reseñable por su significación en el contexto del conocimiento aquí de la lengua y la cultura portuguesas; y es una tarea difícil, sin duda, redactar una historia así en un volumen de poco más de quinientas páginas; pero posible, a la vista de esta edición propiciada por el Gabinete de Iniciativas Transfronterizas de la Junta de Extremadura. No dispongo de toda la información, pero me resulta escaso el espacio dedicado en la prensa a este libro; con tan solo una reseña de Manuel Pecellín y una  columna de la periodista Mercedes Barrado, que vive y fomenta su mundo raro, que lo saludó como un libro que puede descubrir muchas cosas (Hoy, sábado, 10 de noviembre de 2011). Es el primer manual de literatura lusa nacido del área de Filologías Gallega y Portuguesa de la Universidad de Extremadura, elaborado por Juan M. Carrasco González, Mª Jesús Fernández García, que hace las veces de coordinadora, Mª Luísa Trindade Madeira Leal y Iolanda Ogando. Está organizado en seis grandes capítulos correspondientes a seis grandes tramos cronológicos que historian la literatura portuguesa, desde la Edad Media, con la formación del Reino de Portugal y el estudio de la lírica y la prosa medievales —a cargo de Mª Luísa Leal y Mª Jesús Fernández—, hasta la literatura de los siglos XX y XXI con nuevos nombres como Gonçalo Tavares, José Luís Peixoto o valter hugo mãe, por citar tres de los que hemos tenido ocasión de conocer aquí.
La obra está llamativamente desequilibrada en sus contenidos, pues casi la mitad de todo el volumen la ocupa el capítulo VI  "La literatura de los siglos XX y XXI", redactado por María Jesús Fernández; lo que contrasta mucho con las quince páginas del capítulo sobre la literatura del siglo XVIII, escrito por Iolanda Ogando, que subraya oportunamente figuras como la de la Marquesa de Alorna, la Madame de Stäel portuguesa, como la llama. Yo creo que ese desequilibrio no es solo porque la propia materia así lo exija. Por ejemplo, no es lo mismo escribir —Juan Carrasco, María Luísa Leal y Mª Jesús Fernández— sobre el gran siglo XVI de Camões y Os Lusiadas, de la novela de Bernardim Ribeiro o del teatro de Gil Vicente, que hacerlo sobre el ciertamente raquítico siglo XVII, que tanto se resiente de la presencia  española, en un capítulo breve, de Juan Carrasco, que no llega a las treinta páginas. La obra, en fin, creo que tiene esas diferencias de tratamiento por su carácter divulgativo y su afán de lograr lectores para tan cercana y extraordinaria literatura; y de ahí que el acento se ponga en lo más próximo, lo más actual. Por eso, medio libro se dedica, partiendo de la vanguardia modernista de Orpheu, a cumbres como Fernando Pessoa, Teixeira de Pascoaes, Miguel Torga, Carlos de Oliveira, Sophia de Mello Breyner Andresen, Mário Cesariny, António Ramos Rosa, José Saramago, Herberto Hélder, António Lobo Antunes...  ¡Uf! Y aviso para los irresolutos: todas las citas textuales están traducidas al español a pie de página.

jueves, febrero 23, 2012

Juan Ramón Santos en Letras

Vienen siendo ya tradición estos encuentros en Letras con los escritores que disfrutan de las becas de la Consejería de Educación y Cultura para desarrollar una actividad docente en la Universidad de Extremadura. Desde los primeros autores —Dulce Chacón y Diego Doncel— son ya una veintena los escritores que han pasado por Letras en más de diez años desde 2001. Siempre en pareja. Hasta que llegaron los recortes que han dejado solito a Juan Ramón Santos (Plasencia, 1975), a quien esperamos el próximo martes en la Facultad para tener un encuentro con los alumnos de Hispánica y con todo el que quiera acudir. Ayer en Salamanca hablábamos de la huella de Ángel Campos Pámpano y de escritores de su generación en la literatura que luego ha ido aflorando en Extremadura. Al nombre de Ángel hay que añadir los de Álvaro Valverde, Antonio Gómez, Basilio Sánchez, Luciano Feria..., que —marcas de la edad— han estado presentes en los nuevos nombres de la reciente historia literaria extremeña. Uno de esos nuevos nombres, en el terreno de la prosa, es el de Juan Ramón Santos, ejemplo vivo de otra huella sobresaliente: la de Gonzalo Hidalgo Bayal.

miércoles, febrero 22, 2012

Hoy, Cercano a lo que importa

Hoy presentaremos en la Facultad de Filología de la Universidad de Salamanca, en el Aula Magna del Palacio de Anaya, a las 19:00 horas, la antología poética de Ángel Campos Pámpano, Cercano a lo que importa (Ediciones Diputación de Salamanca, 2012). Intervenimos la poeta y profesora de Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Salamanca Mª Ángeles Pérez López, el Diputado de Cultura Manuel Tostado González y yo mismo, en representación de todos sus amigos y lectores.

lunes, febrero 20, 2012

El Aula Díez-Canedo en La aventura del saber

Mi amigo Luis Arroyo me ha avisado de la emisión de este excelente reportaje de Jesús Alonso en La aventura del saber (La 2 de TVE) sobre el Aula poética Enrique Díez-Canedo de Badajoz. Con el recuerdo de Ángel Campos Pámpano, están ahí Eduardo Achótegui —cuya voz tan querida abre el documento—, Luis Sáez, Enrique García Fuentes, Paulete, Luis Arroyo..., y uno de los protagonistas de esta experiencia que debería estar blindada, como otras, de recortes y mandangas, Agustín Fernández Mallo, cuando estuvo en el aula, en Badajoz, en diciembre del año pasado. Precisamente, tenía ganas de escribir aquí sobre El hacedor, la novela retirada de Agustín y de la que tengo un ejemplar que nadie va a confiscarme. Todo se andará. Por ahora, queden aquí estas imágenes ejemplarizantes. Y felicidades a todos.

domingo, febrero 19, 2012

Farol de Saturno

Leí hace tiempo este último libro de poemas de Antonio Martínez Sarrión, que a mí me parece un poeta lúcido y necesario; y me ocurrió algo para mí extraordinario: sentí el impulso de devolver a la librería —qué culpa tendrá— Farol de Saturno, que es el título del libro, como todo el mundo sabe. (Antonio Martínez Sarrión, Farol de Saturno. Barcelona, Tusquets Editores. Col. Marginales, 271, Nuevos textos sagrados, 2011). Fue después de la lectura de los catorce primeros poemas, es decir, de los que componen la primera sección "Hábitos de los discípulos de Buda". Exagero. Nótese. Yo no soy quién para devolver un libro de A.M.S. Pero confieso que no reconocí al gran poeta en estos poemas de largo título —"La mayoría de los cuestionarios psicológicos tienen por objeto descubrir a estos lunáticos, a fin de denegarles un empleo"— que es lo mejor comparado con lo de abajo, epigramas largos a los que aún busco la sustancia poética, poco elaborados por circunstanciales algunos, a mi parecer, y con versos tan poco eufónicos como "Rematas la faena si le pones / un cero patatero / a palabras absurdas cual solidaridad, / cual compasión, o sindicato o huelga. / Ello lleva a gozar de un empleo no muy fijo, / es verdad, / cuya retribución, y esto sí tiene guasa, / inexorablemente irá a parar, / en cuanto se descuide ese ceporro," […] Basta. Pero hay más ejemplos en el libro, como en el quinto poema y su obsesiva repetición del "mucho", tan inoperante. (En algunas librerías te dan el ticket de compra con el nota bene de que "No se admiten devoluciones en temarios de oposiciones, guías de viajes, ni transcurridos 10 días desde la fecha de compra". Mueve a la reflexión. Se supone que los libros de poemas o las novelas pueden devolverse antes de trascurridos diez días desde su compra; como si no fuese un plazo razonable para leer un libro y, por consiguiente, devolverlo y llevarse otro del fondo. Cuando menos, es curioso, y para plantearse un debate entre el gremio de libreros). Pero no; lo que me echó para atrás en mi impulso de devolver el libro de Antonio Martínez Sarrión —su disculpa es la rabia de un ciudadano cabreado y buen poeta— fue su segunda parte, tan humilde, tan poco pretenciosa que no lleva título, y que vale todo el libro. Para descubrirse, por ejemplo, con el primer poema, "Regadera". Qué diferencia. ¿O estamos ante géneros distintos? Registros distintos, dirá alguno; y tan lícitos. Es como si la primera parte fuese un exabrupto y la segunda la sabia y elegante proposición de quien sabe responder con otras balas a esa "metástasis / de mentecatos y de dominguillos". Una lápida, un perro tumbado al sol, la regadera que permanece en la memoria del poeta que hoy escribe poemas como "Hoguera de pastor", espléndidos de tan precisos, certeros y trascendentes: "El fuego del pastor durará lo bastante / como para entregar el relevo a la aurora / sin que se note el tránsito." Ahí sí que están los claros poetas deletreados en otro poema prescindible de la primera parte: Manrique, Garcilaso, Juan de Yepes, Fray Luis, Lope de Vega, Francisco de Quevedo, Luis de Góngora, Rubén, Bécquer, Machado, Juan Ramón, César Vallejo, Federico, Claudio. Nada más. Solo quería decir esto.

sábado, febrero 18, 2012

viernes, febrero 17, 2012

Cercano a lo que importa

Es la primera antología amplia de la poesía de Ángel Campos Pámpano tras la publicación de su obra reunida en La vida de otro modo (Madrid, Calambur Editorial, 2008). La publica la Diputación de Salamanca en la colección o serie tan bien cuidada por Aníbal Lozano dedicada a Autores Salmantinos —José Luis Puerto, Tomás Sánchez Santiago, Luis Javier Moreno, Mª Ángeles Pérez López, José Diego, Aníbal Núñez...— en la que el nombre de Ángel no puede desentonar, por su vocación intelectual y sentimental salmantina y por estar, ahí, acompañado de sus amigos y paisanos. La presentaremos el miércoles 22 en la Facultad de Filología, en el Aula Magna del Palacio de Anaya, en Salamanca, a las 19:00 horas. Intervendrán la poeta y profesora de Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Salamanca Mª Ángeles Pérez López y el Diputado de Cultura Manuel Tostado González, a quien también acompañaré por la mañana en la sede de su Diputación. A Ángel le habría gustado mucho vernos a unos cuantos amigos entregados a dar sus versos nuevamente. A Tomás Sánchez Santiago y a Aníbal Lozano, impulsores de esta antología que da, gracias a Tomás, cinco poemas inéditos de Ángel, muy tempranos, de su tiempo de estudiante universitario; y a Javier Fernández de Molina, que viste, nuevamente, uno de los libros de nuestro amigo poeta, como siempre, rodeado de muchos.

P.S.: Habrá también presentación en Extremadura, cómo no.

Ángel Campos Pámpano, Cercano a lo que importa. Antología poética. Prólogo de Miguel Ángel Lama. Salamanca, Ediciones Diputación de Salamanca (Serie Autores Salmantinos, 47), 2012.

domingo, febrero 12, 2012

Las islas malabares

Yo no soy enemigo de José Antonio Ramírez Lozano, al contrario;  pero este libro, Las islas malabares, es un libro menor. Lo digo porque en el último poema, de cachondo título, "No odas", familiar gracias a la primera página de El espíritu áspero de Gonzalo Hidalgo Bayal ("Poeta, haz versos, pero no odas"), escribe: "Este libro, sin duda, / es un libro menor, / dirán mis enemigos." Y, además, lo digo porque me lo ha enviado junto a otro, de título estupendo, Rosas profanas, publicado en la colección Adonais como Premio "Florentino Pérez-Embid" del año pasado, que es un libro, comparativamente, mayor. Pero Las islas malabares es un libro delicioso, divertido y tajante. Tajante en esa poética que José Antonio Ramírez Lozano ha venido repitiendo tanto frente a la sacralización del oficio de escribir. El poema citado, el que cierra la obra, continúa: "No cumple la consigna / de secuestrar el alma / y debe ser, por eso, / tratado como un juego. / No pretendí otra cosa. / La Poesía, que a tantos / maltrata el corazón, / fue siempre conmigo / así de generosa." Y así ha sido siempre en este poeta que hace de la escritura una fiesta permanente, aunque hable de Dios o de la muerte. Su amigo José Antonio Zambrano sabrá de lo que hablo, porque siempre he comparado su afligida vocación por la palabra poética con el placentero desenfado del prolífico —por eso, además— Ramírez Lozano. Y hablando de comparaciones, a mí me da que éste —por eso me las ha mandado en el mismo sobre— ha querido que compare sus islas malabares con sus rosas profanas —que, a pesar del juego intertextual paronomásico, tan de su autor, es una obra de seria trascendencia ascética—, y que lea en paralelo textos como "El Estilita", del libro publicado como segunda entrega de la colección Luna de poniente, y "Simeón el Estilita" del de Adonais. La lectura de ambos poemas da la clave de lo que quería decir sobre la diferencia entre el libro menor y el libro mayor. En Ramírez Lozano, en lo más serio hay siempre chispa y en el juego de hacer versos..., eso; que no es juego. Y yo que me alegro, agradecido.

La mirada desnuda

Antes de escribir sobre este libro de Jesús García Calderón hay que hacerlo sobre lo que lo origina: una colección de poesía como "Luna de poniente", dirigida por Elías Moro y Marino González, que, por estos pagos, con ese nombre y con esos nombres, no puede ser más que otra de las creaciones editoriales de De la luna libros. En lo primero en que pensé cuando recibí este libro de poemas fue en cómo hemos evolucionado aquí en la manera de editar. Gusta el aspecto físico que ofrece en la primera de cubierta una fotografía —de Pedro Gato— en blanco y negro del autor —Jesús García Calderón— y en la cuarta de cubierta otra en color de las manos del escritor sosteniendo un libro —quiero averiguar cuál es— con las gafas posadas sobre una mesa. En verdad, no podían haber elegido mejor título para abrir esta colección que tanto incide en la imagen del poeta que La mirada desnuda, de García Calderón; entre otras razones por uno de los treinta poemas del libro, "El hallazgo", en el que el sujeto lírico se asombra de comprender que ha sido varios "sin apenas notarlo y siendo el mismo", que ha sido varios hijos, varios padres, varios hermanos, esposos, amigos, familiares..., todos extraños, que ha tenido un rostro cada día y que "entre tales errores, un vestigio / me señala que soy solo un poeta".  Tiene, sin duda, otros valores esta colección de poesía; pero, desde luego, con este primer título ha acertado en la representación tan evidente del ser poeta de un poeta. Hay otro momento especialmente destacable de este libro, el final, el último poema, el que da título a todo, "La mirada desnuda", que habla de la desnudez del poema, pero más como desvalimiento que como pureza. Es un poema más humano que metapoético, me parece; y también creo que es una expresión certera de esa especie de cercanía amistosa que suscita la contemplación de la imagen del autor iluminada por esta "Luna de poniente". Y me reafirmo en lo personal cuando veo que las siguientes entregas son libros de José Antonio Ramírez Lozano y de Antonio Gómez, cuya ordenación indica que la colección se propone completar el abecedario.

jueves, febrero 09, 2012

Garzón Molina

"Esta carta está dirigida a todos aquellos que hoy brindarán con champán por la inhabilitación de Baltasar Garzón. A ustedes, que durante años han vertido insultos y mentiras; a ustedes, que por fin hoy han alcanzado su meta, conseguido su trofeo. A todos ustedes les diré que jamás nos harán bajar la cabeza, que nunca derramaremos una sola lágrima por su culpa. No les daremos ese gusto. Nos han tocado, pero no hundido; y lejos de hacernos perder la fe en esta sociedad nos han dado más fuerza para seguir luchando por un mundo en el que la Justicia sea auténtica, sin sectarismos, sin estar guiada por envidias; por acuerdos de pasillo. Una Justicia que respeta a las víctimas, que aplica la ley sin miedo a las represalias. Una Justicia de verdad, en la que me han enseñado a creer desde que nací y que deseo que mi hija, que hoy corretea ajena a todo, conozca y aprenda a querer, a pesar de que ahora haya sido mermada. Un paso atrás que ustedes achacan a Baltasar pero que no es más que el reflejo de su propia condición. Pero sobre todo, les deseo que este golpe, que ustedes han voceado desde hace años, no se vuelva en contra de nuestra sociedad, por las graves consecuencias que la jurisprudencia sembrada pueda tener. Ustedes hoy brindarán con champán, pero nosotros lo haremos juntos, cada noche, porque sabemos que mi padre es inocente y que nuestra conciencia SÍ está tranquila."
Madrid, 9 de febrero de 2012
María Garzón Molina

miércoles, febrero 08, 2012

Rafael Reig en el Aula José María Valverde

Mañana jueves 9 de febrero, a las ocho de la tarde, en el Colegio Mayor Francisco de Sande de Cáceres, intervendrá el escritor Rafael Reig (Cangas de Onís, 1963) en el Aula literaria José María Valverde. Si no he contado mal, en este curso pasará el octogésimo autor desde que en enero de 1996 Bernardo Atxaga inaugurase el aula. Estoy leyendo la última novela de Rafael Reig, Todo está perdonado (Tusquets, 2011), que fue Premio Tusquets Editores de Novela. Tiene un desenfado contagioso su manera de trenzar la narración y de montarla sobre una realidad histórica cercana y que algunos hemos vivido, y de la que somos descendientes. Conocí a Rafael Reig gracias a la extravagancia que él editó en su editorial de siempre, en Lengua de Trapo: aquella broma literaria, aquel delirio de 1886, que fue Las vírgenes locas; aquella ocurrencia de Sinesio Delgado que perpetró una banda de literatos en la que estaban algunos tipos como Jacinto Octavio Picón, José Ortega Munilla, Miguel Ramos Carrión, Vital Aza, y hasta el mismísimo "Clarín", tan de la Asturias patria querida del Rafael Reig que leerá mañana algo de su obra en el Aula Valverde, y el viernes tendrá un encuentro con alumnos de Secundaria y Bachillerato en el Instituto Al Qazeres de esta ciudad. Por cierto, hoy estará en Plasencia, en el Aula José Antonio Gabriel y Galán.

martes, febrero 07, 2012

Escribir

Si yo trabajase en la redacción de un periódico sufriría mucho. No, no me refiero a las noticias desastrosas que llegan allí y salen de esos sitios; sino al ritmo de escritura que impone la obligación de darlas. Sean buenas o malas, da igual. Si se trata de escribir con rapidez y precisión, no creo que haya diferencias apreciables entre informar de la concesión de un gran premio bien dado o hacerlo sobre un desastre nuclear. A pesar de que haya crónicas deportivas y musicales cuyo cañamazo pueda estar prefabricado, a falta de resultado e incidentes; o de que las necrologías estén ya escritas a falta de la fecha de la muerte. Sería difícil para mí trabajar en la redacción de un periódico. Supongo que como para cualquier profesional que se tome en serio su trabajo; y también creo que lograría adaptarme. Claro. Soy lento de escritura y nadie sabe lo que he tardado en escribir estas ciento cincuenta palabras y pico. Pero, a fin de cuentas, las he escrito antes de acostarme, como me había propuesto. Antes del cierre de mi edición.

domingo, febrero 05, 2012

Dulce

© Chicho
Me hace ilusión cumplir con una promesa antigua y hacerlo con este motivo. Mañana por la tarde voy a hablar sobre la obra literaria de Dulce Chacón en el colegio público que lleva su nombre en Cáceres. He titulado la charla "Lectura y memoria de Dulce Chacón" y quiero dedicarla, además de a la memoria de mi paisana, a Pepi Salas, la directora del Colegio de Educación Infantil y Primaria "Dulce Chacón" de Cáceres, que ha sido persona principal en mi vida por uno de los aspectos de su condición: ser maestra de mis hijos. Con esto está dicho todo.

sábado, febrero 04, 2012

Monumento a Ángel García López


La bibliografía de y sobre el poeta Ángel García López (Rota, 1935), elaborada por José Jurado Morales para cerrar este volumen, tiene treinta y tres páginas, y es un colofón de autoridad, muy exhaustivo en lo que se refiere sobre todo a la obras de García López, que habla por sí solo del lugar que en la historia de la poesía española de los últimos cincuenta años ocupa el escritor del Mester andalusí. Ahora me voy al principio del libro; porque Jurado Morales, autor también, como editor del volumen, de la "Presentación", dice algo de García López que todo escritor debería anhelar, por paradójico que resulte: que esa virtud de perfeccionar el poema hasta dar con las palabras adecuadas para expresar lo que se quiere transmitir es, a la postre, una de las razones por las que García López no ha logrado "un lugar mayor entre los lectores" (pág. 13). Lectores, dicho sea de paso, que no quedan muy bien. "Con poetas como Ángel García López —continúa Jurado— hay que tener paciencia, no se debe correr, no se puede pretender engullir un poemario suyo de una sentada." Es lo que parece demostrarse con la lectura de las contribuciones de este homenaje por parte de amigos, de poetas y de estudiosos de su obra:
José Jurado Morales (ed.), La poesía de Ángel García López. Madrid, Visor Libros (Biblioteca Filológica Hispana, 132), 2011.
En el libro hay de todo, y diverso. Hay un texto agradecido del poeta; hay breves palabras amistosas a modo de semblanza viva de firmas como Joaquín Benito de Lucas, Luis Alberto de Cuenca, Joaquín Márquez o Jaime Olmedo, reunidas por el editor con el título de "Bajo el signo de la amistad"; y hay asedios más hondos a su creación poética, en su conjunto ("Miradas al conjunto") o sobre aspectos más concretos de obras, desde las primeras —en el texto de María Payeras Grau— hasta la más reciente, Universo sonámbulo (2006), de la que Miguel Soler Gallo comenta un poema ("De principio a fin"). En estos dos bloques, hay, también, una gran disparidad —que no se explica— entre las colaboraciones, apreciable en el número de páginas —cuarenta tiene el artículo de Ana Sofía Pérez-Bustamante frente a las tres de la nota sobre Trasmundo de Juan José Vélez Otero— y apreciable igualmente si uno las lee. Ahora, lo que me pide el cuerpo es recomendar la lectura de la poesía de Ángel García López, que es de lo que se trata, y dejar la de este libro para los raros estudiosos. De todas maneras, estoy seguro de que si alguien lee algo de lo publicado en él —por ejemplo, lo que escribe mi compañero José Luis Bernal sobre "Ángel García López: autobiografía de un mester"— buscará con ganas la lectura del poeta gaditano. De eso se trata; digo yo.

P.S.: me ha alegrado mucho ver en la bibliografía a un poeta como Juan Carlos Rodríguez Búrdalo, una de las personas que más en vivo me ha hablado siempre de la poesía necesaria de Ángel García López.

viernes, febrero 03, 2012

La 'Elegía en Portbou' de Antonio Crespo Massieu

"El cronista que narra los acontecimientos sin distinguir entre los grandes y los pequeños da cuenta de una verdad: que nada de lo que una vez haya acontecido ha de darse por perdido para la historia". Con estas palabras de Walter Benjamin traducidas por Jesús Aguirre se abre el "Libro de los pasajes", primera sección de las tres de este largo poema versicular dividido en estancias y del que ayer por la noche escuchamos parte por boca de su autor, Antonio Crespo Massieu, que conocí. También supe de su raigambre extremeña. Me agradó mucho escuchar leer a Antonio esa defensa poética de la memoria histórica. Con la que está cayendo en el Supremo. El acto lo presentó José María Cumbreño, que puso bien en suerte autor y libro y dijo que el título, Elegía en Portbou, no le gustó. Basilio y yo, allí sentados, negamos con la cabeza: buen título. También estuvimos de acuerdo, y que nos perdone el amigo Conrado, en que el Gran Café, así, no es buen sitio para actos de palabra dicha y escuchada, y menos, para leer poemas. Sin embargo, yo insistiría en ello, en hacer de ese espacio un lugar de la palabra sin más bullicio, sin más distracciones e imprevistos que los precisos. En fin, voy a leer Elegía en Portbou (Bartleby Editores, 2011); y a disfrutar, seguro.

miércoles, febrero 01, 2012

Lisboa

Se lo dije a Álvaro Valverde el otro día, el sábado, creo; que no había tenido tiempo de anunciar aquí la presentación en Plasencia el pasado viernes de este libro de cuentos de Javier Morales Ortiz (Plasencia, 1968), Lisboa (Mérida, Editora Regional de Extremadura, Col. La Gaveta, 36, 2011). Tampoco de leerlo, y eso que se tarda poco; pero circunstancias mandan. Ya lo he leído; y también he podido conocer el texto que dijo Juan Ramón Santos, el presentador, en la Sala Verdugo este viernes pasado, por cierto, en el mismo sitio en que el próximo se presenta Caracteres, de Salvador Retana y Gonzalo Hidalgo Bayal.
Lisboa es un libro de cinco breves relatos; de los cuales, el último da título al conjunto y fundamenta en parte la cita que abre el volumen, una cita muy cercana de alguien muy cercano: "salvo la luz no hay nada", el primer verso de un poema de Ángel Campos Pámpano sobre Lisboa con su amigo el fotógrafo Antonio Covarsí. Ninguno de los dos está ya; pero en cierto modo los veo en el relato de Javier Morales Ortiz, que ha querido poner el nombre de Ángel al ente que no sale y que vive en Portugal. Los cinco relatos tienen en común un asunto tan banal, tan complejo y tan difícil literariamente como las relaciones personales; y más si se toma como objeto de unos relatos que, en dos de los cinco casos, están secuenciados, lo que añade un mayor esfuerzo de concentración narrativa. Los textos de Lisboa tienen el valor de su agradable expresión de lo cotidiano a través de una llaneza de estilo y de unos bien dichos y trabados diálogos; pero para mí que el valor más importante está en la invención de sus finales; es decir, en el aspecto constructivo de los relatos. Todos —incluso el menos conclusivo que es el primero, "Todo lo que sé de William Faulkner"; y el último, el más definitivo, "Lisboa"— se resuelven creando un espacio imaginario que suscitaría otro relato: la casa compartida de "Reiki", un patio comunitario contemplado desde el interior de la casa en "Fecundación" o el piso bien puesto de la urbanización Rosas Amarillas —el mismo nombre que la que se cita en "Lisboa"— de "Queen", es decir de la Reina del relato menos consistente de los cinco; pero también recomendable, como todo el libro.

Emético del día (I)

Doble dosis:
La falta de demanda solvente como excusa del banquero Botín.
Un nuevo proyecto de reforma de la Educación Secundaria Obligatoria.