
Estuvo en Cáceres en octubre de 2006, y tuve la ocasión de charlar con él. Me pidió un texto para su revista, Vasos comunicantes, que se publicó en el número 37, de la primavera del año siguiente. Un testimonio de aquel encuentro en torno a la traducción. De aquel encuentro de Ágora. El debate peninsular me gustaría recordar luego —en la entrada de arriba— lo que se publicó en su Crónica.
Me afectan estas noticias. Me acuerdo de Ángel Campos Pámpano, y también de Eduardo Naval, sobre el que, a raíz de mi conocimiento de Mario Merlino, escribí algo para este blog y que todavía está en la lista de notas de provisión. Ahora estarán los tres hablando sobre sus traducciones: Lídia Jorge, Fernando Pessoa, Lobo Antunes, Nélida Piñon...
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