
Quizá todo el mundo sepa de la existencia de la expresión francesa mise en valeur, de donde supongo que proviene el préstamo, y que significa algo así como aprovechamiento, revaloración o mejoramiento ("d'une région grâce aux travàux d'aménagement"), como dice mi larousse. Lo que no todo el mundo sabe es que uno de los mejores diccionarios españoles, el Diccionario del Español Actual de Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos, que tantas veces abreviamos como el Seco, recoge la definición de esa locución verbal ("Hacer que sea más apreciado, resaltando sus cualidades") y utiliza como fuente el extremeño diario Hoy del 27 de septiembre de 1974. Fue en la sección dedicada a Plasencia, a "Noticias de la calle": "La plaza de San Pedro de Alcántara será una de las zonas afectadas por la acción futura de la Dirección General de Bellas Artes en relación con la puesta en valor del recinto amurallado de Plasencia". Una curiosidad.
En el Seco está; pero no en la Academia, que, además, utiliza la expresión en alguna página web. No somos nada.
Yo creo (y la cita del periódico que hace el Seco casi sirve de confirmación) que esa expresión se comenzó usando principalmente en arquitectura, referido a espacios que pretendían mejorarse, realzarse.
ResponderEliminarUn saludo.
¿Por qué no aparecen las vocales con tilde? Resulta molesto al leer.
ResponderEliminarPues, la verdad, Anónimo; acabo de darme cuenta después de año y medio. Antes no estaba. Y no sólo eran las tildes, sino las comillas, las eñes...
ResponderEliminarEn fin, espero que se haya solucionado. Cosas del medio.
Sin duda que la expresión "poner en valor" se ha puesto de moda en la jerga política contemporánea. Los políticos son expertos en el arte de complicar lo sencillo y el recurso a locuciones que sientan plaza de novedad corre como la pólvora en discursos, tertulias, ruedas de prensa y demás liturgias de nuestra partitocracia. Algo parecido ocurre con palabrejas como "tercerizar", "externalizar", "gobernanza" y otras muchas que podríamos añadir.En el fondo, nuestros mandamases intentan disimular la realidad distorsionando expresiones y palabras, pero la realidad es terca y, al final, su testarudez acaba por hacerse presente y dejar con el culo al aire a estos Demóstenes que nos ha tocado sufrir.
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