
Aquel número de Hablar/Falar de Poesia quedó bastante redondo. Llevó también el homenaje a otro grande, a Manuel Hermínio Monteiro, que tanto hizo por la poesía en Portugal, y en España, y a quien tanto debió aquel proyecto complejo que fue este periódico de revistas poéticas hecho desde Extremadura. Es curioso: leo hoy la necrológica de Montejo en El País firmada por otro querido escritor, Javier Rodríguez Marcos, que publicaba en aquel número de Hablar/Falar de Poesia tres espléndidos poemas de su espléndido libro Frágil, que apareció aquel mismo año, 2002.
A Eugenio Montejo le interesó mucho, y la practicó, la literatura heteronímica (El cuaderno de Blas Coll), y de ello habló en aquella entrevista, en la que contaba que había vivido siete años en Lisboa y se refería a su conocimiento temprano de Pessoa. Fue amigo de António Ramos Rosa y de José Bento, y conoció a dos autores cercanos a Extremadura ya fallecidos: Fernando Assis Pacheco y Al Berto. Aquella conversación se cerró con la alusión a una pregunta que le hicieron a Octavio Paz sobre qué heterónimo pessoano prefería. El poeta mexicano respondió sin titubear:
—Alberto Caeiro.
Y alguien insistió en el porqué:
—Porque no lo comprendo.
A mí me pasa lo mismo con Ricardo Reis.
ResponderEliminarMe quedo con Álvaro de Campos. Por las tripas y lo demás.