
Joaquín, digo yo, ha aprovechado la oportunidad que se le ha ofrecido de publicar y ha incluido en este libro la mayor cantidad posible de sus “objetos perdidos”. Por eso las tres secciones de esta obra, que articulan un conjunto desigual, con poemas discursivos, con caligramas y con textos mixtos; con objetos llenos de sentido e imágenes de base letrista entre las que hay de todo. Por eso lo desigual; y que se pierde una cierta unidad de tono necesaria en un artista que sabe lo que quiere decir. De lo mejor, lo que no parece pieza del conjunto: el índice, otra forma de ingenio, otra declaración, como los lemas elegidos para abrir la obra. Entre ellos, el de Huidobro y su Altazor: “Porque todo es como es en cada ojo”.
También tengo asociado al nombre de Joaquín Gómez aquel poema que iba en la cubierta posterior del primer número, de 1995, de El espejo, la revista de la Asociación de Escritores Extremeños, que fue, el poema, Premio Internacional de Investigaciones Poéticas de Barcelona aquel año. Su hija Ana, a quien tengo este curso en clase de tercero de Hispánica, me ha hecho llegar este libro publicado por el Ayuntamiento de Montijo. Gracias.
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