
Páginas después del sobresalto por la noticia de la muerte de Fernando Turégano, la crónica sentida de otra pérdida. Y de la mano de un amigo y compañero como Miguel Ángel Melón, sobrino del protagonista. “Ángel Duarte in memoriam”, un artículo en la “Tribuna Extremeña” de Hoy. El escultor de Aldeanueva del Camino (1930) fallecía en la ciudad de Sion (Suiza) el domingo 22 de julio. Golpeado por la guerra civil desde niño por el fallecimiento de su madre y de una hermana chica en un bombardeo en 1939, el perfil vital del artista —uno de los componentes del Equipo 57— se me antoja de la dureza de alguno de los materiales utilizados para sus piezas, pero también cercano a esa interactividad como concepto artístico aplicada al carácter y a la humanidad de una persona cuyo lado menos técnico he conocido a través de Miguel Ángel Melón, quien recuerda la necesidad ahora de continuar con el proceso de recuperación de esta obra tan importante y con tanta proyección internacional. Pongo aquí la foto de Vicente Novillo del artista ante la maqueta de su pieza E.4.A.I.B. en la entrada del MEIAC de Badajoz. Se publicó en el número 17, de julio de 2001, de la revista Qazris, como ilustración de un documentado artículo de Javier Cano Ramos sobre Ángel Duarte.
Todos los días el periódico trae demasiadas muertes, demasiadas razones para abatirse. Ayer también.
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