Me cupo el honor, hace ya algo más de treinta años, de presentar la edición facsimilar que publicó la Unión de Bibliófilos Extremeños (UBEx) del imponente libro de Antonio Rodríguez-Moñino Don Bartolomé José Gallardo (1776-1852). Estudio bibliográfico, cuya primera edición databa de 1955. Fue en Badajoz, en las primeras Jornadas Bibliográficas que la UBEx comenzó a organizar bajo el nombre del insigne polígrafo de Campanario, y que, con ese título, publicado en 1994, afirmaba su función de rescatar en facsímil buena parte del más representativo patrimonio bibliográfico de Extremadura —aquel año también saldría el Ábito y Armadura Espiritual de Diego de Cabranes (1544), y el anterior, 1993, se había publicado el primer libro impreso aquí, en Coria en 1489, el Blasón General y Nobleza del Universo, de Pedro de Gracia Dei. Aquellas publicaciones de los primeros pasos de la UBEx fueron muy oportunas, y, además, identitarias, si vale así destacar su conformidad con los principios fundacionales de tan singular asociación que recogía en el artículo II de sus Estatutos la «valoración, exhibición, publicación y reedición facsimilar de otras antiguas, raras y agotadas que sea conveniente difundir por su especial contribución a los valores de tipo cultural de Extremadura». Pero no siempre pudo mantenerse un nivel tan alto en cantidad y calidad, y la UBEx pasó por un período intrincado en el que las dificultades económicas estuvieron a punto de dar al traste con la asociación, que logró mantenerse y conocer una etapa, la actual, en la que a su mando sigue Matilde Muro Castillo, y en la que se han publicado las que a mi parecer han sido unas ediciones que han devuelto a la UBEx a sus afanes de aquel comienzo ilusionado de los años noventa del pasado siglo. Estas dos publicaciones señeras han sido el tomo V del Ensayo de una biblioteca de libros raros y curiosos de Bartolomé José Gallardo (en edición de Ana Martínez Pereira. Badajoz, UBEx, Ayuntamiento de Campanario y Diputación Provincial de Badajoz, 2022) y la novedad más reciente, que se presentará dentro de dos días en Badajoz: Bartolomé José Gallardo: Bibliografía, de Alejandro Pérez Vidal (Unión de Bibliófilos Extremeños, 2025). Es, setenta años después de la publicación de aquel libro de don Antonio Rodríguez-Moñino que fue un hito en los trabajos vindicadores del gran bibliógrafo Gallardo, el más importante y actualizado estudio bibliográfico sobre el extremeño. Además, en el libro de Pérez Vidal hay transcripciones de dos poemas y un texto en prosa y de cinco manuscritos inéditos. El apéndice (págs. 235-371) tiene nada más y nada menos que ciento treinta y seis páginas. Es un trabajo monumental y riguroso, hecho por un excelente conocedor del período que va desde el último tercio del siglo XVIII hasta mediados del siglo XIX. Alejandro Pérez Vidal (Barcelona, 1953), que fue profesor de Literatura Española en la Universidad de Gerona y después traductor del Consejo de la Unión Europea en Bruselas, hizo su tesis doctoral sobre la obra satírica de Bartolomé José Gallardo, de la que derivó su libro Bartolomé José Gallardo. Sátira, pensamiento y política (Editora Regional de Extremadura, 1999). En ese sello de la Editora Regional apareció su «cuaderno popular», de carácter más divulgativo, Bartolomé José Gallardo. Perfil literario y biográfico (2001). Como uno de los más eminentes especialistas en la obra del de Campanario, colaboró con su trabajo «Materiales para los estudios gallardianos: epistolario y cabos sueltos» en el volumen La razón polémica. Estudios sobre Bartolomé José Gallardo, coordinado por Beatriz Sánchez Hita y Daniel Muñoz Sempere, que publicó la Fundación Municipal de Cultura de Cádiz en 2004; y fue el responsable de la redacción de la biografía de Gallardo en el Diccionario Biográfico Español de la Real Academia de la Historia, de 2009. Ha estudiado igualmente la obra de Mariano José de Larra, que editó en Fígaro. Colección de artículos dramáticos, literarios, políticos y de costumbres, en la colección Biblioteca Clásica de Editorial Crítica en 1997, actualizada en la misma colección en la Real Academia Española en 2016. Su magnífica obra Bartolomé José Gallardo: Bibliografía (UBEx, 2025) se presentará este jueves 20 de noviembre, a las 19:30 horas, en la sede de la Unión de Bibliófilos Extremeños en Badajoz (C/ Encarnación, 3).
martes, noviembre 18, 2025
domingo, noviembre 16, 2025
Caminar con Javier Morales
Escribe Javier Morales que «El cobijo que nos ofrecen los buenos libros, los imprescindibles, que siempre leo en papel, es como el de los árboles, nunca defraudan» (pág. 35). Esa experiencia placentera la he tenido con la lectura de lo nuevo de Javier Morales, este libro titulado Caminar con Gary Snyder y otros poetas (Almenara, Tundra Ediciones [Col. Paseos, 18], 2025), del que proviene la frase, que vincula la escritura y la lectura a la benignidad de la naturaleza. Esto es un principio vital en este escritor placentino cuyas obras de ensayo desde 2017 (El día que dejé de comer animales, y Las letras del bosque, de 2021, o el «panfleto ecoanimalista» La hamburguesa que devoró el mundo, de este año) y de narrativa (Monfragüe, de 2022, o los relatos de Escribir la tierra, de 2024) han venido reafirmando su convicción de que nuestro futuro está en una nueva forma de relación con la naturaleza, una relación respetuosa, sostenible, no prepotente. Este nuevo libro es una prueba más de esa militancia naturalista, en esta ocasión en clave de paseo literario y real, pues recorre la obra de autores como el escritor norteamericano, naturalista y beat, Gary Snyder, cuya preeminencia lleva al título de este ensayo que reivindica también un entorno natural como la sierra de Guadarrama y el perderse en sus montañas y bosques. Morales vuelve a citar la sentencia de Snyder en La práctica de lo salvaje (Madrid, Varasek Ediciones, 2016): «los libros son nuestros abuelos» (pág. 36). La había recordado en su anterior libro ya citado La hamburguesa que devoró el mundo (Prólogo de Ruth Toledano y epílogo de Marta Tafalla. Madrid, Plaza y Valdés Editores, 2025, pág. 93), que incluía —al final y en letra pequeña, como para no pecar en exceso de insolente erudición— unas útiles notas con información bibliográfica sobre las obras aludidas en el texto. Esto lo echo en falta en Caminar con Gary Snyder y otros poetas, pues son muchas, como tal paseo literario, las alusiones a escritos de autoras —como Natalia Ginzburg, Mary Oliver, Robin Wall Kimmerer, Marta Tafalla, Maribel Orgaz, Grace Paley...— y autores — Yuval Noah Harari, Andrés Campos, Vicente Gallego, David Le Breton, Henry David Thoreau, Jorge Riechmann...— cuya localización precisa agradecería el lector interesado en estos temas. No es tanto problema para quien tenga La hamburguesa..., pues coinciden algunas referencias; pero no costaría nada añadir una lista al final y así dar más sentido a esa identificación entre el libro y la naturaleza que se exalta en estas páginas, a esa insistente voluntad de aprender a leer la naturaleza y ese «leo libros para entender la tierra que piso» (pág. 22). Por otro lado, la condición de Caminar con Gary Snyder como cuaderno de viaje a Cercedilla y su sierra en dos etapas («Otoño/Invierno» y «Primavera») me ha traído a la memoria a mi llorado amigo Antonio Sáenz de Miera (1935-2021), y aquel libro promovido por él de Aurrulaque (Madrid, Ediciones La Librería, 2017), que conmemoraba los treinta y cuatro años de marchas por la sierra que tomaron ese nombre de «resonancias euskéricas» y que siguen convocándose. Aquel libro fue testimonio y crónica de una devoción que logró la declaración de la Sierra de Guadarrama como Parque Natural en 2013, y lo firmaron, además de Antonio Sáenz de Miera, Antonio Guerrero, Álvaro Bermejo, Julio Vías y Eduardo Martínez de Pisón. Gracias a ellos, y ahora a Javier Morales y su Caminar por bosques y poetas, comparto el amor y la comprensión de un espacio natural en el gozoso ritual de la lectura.
martes, noviembre 11, 2025
Vida y milagros de Antonio Gómez
«Poéticas indisciplinadas» es el título de la conferencia de Antonio Gómez programada este jueves por el Museo Vostell Malpartida. Una nota de difusión del acto dice que la «charla —parece que el término tiene un carácter más informal y menos solemne que el de conferencia— explorará la historia de las revistas ensambladas en España y utilizará la propia obra de Antonio Gómez para exponer similitudes y diferencias entre poesía visual, poesía-objeto y poesía performativa». Sin lugar a dudas, será un privilegio contar con el testimonio de primera mano de quien ha sido protagonista de una forma de difusión artística alternativa como las publicaciones colectivas que se conocen como revistas ensambladas —«museos transportables» se denominan en algún sitio— , pues Antonio Gómez no solo fue el promotor de revistas como Píntalo de verde o la Caja de truenos, ambas iniciadas en 1994, la primera de carácter gráfico y la segunda de carácter objetual, sino que posee una de las mejores colecciones de estas creaciones, por copiosa y por internacional, que existen en España. Será este jueves 13 de noviembre, a las 19:00 horas, en el Museo Vostell Malpartida de Malpartida de Cáceres. La noticia de este acto me llegó poco después de recibir un ejemplar dedicado del último libro de Antonio Gómez, publicado en la treintañera colección de cuadernos poéticos Planeta Clandestino de Ediciones del 4 de agosto de Logroño como número 276: Vida y milagros, con un prólogo («Mix-Álitos») de Antonio Orihuela. El libro es el resultado de una nueva manipulación del artista extremeño de Cuenca a partir de unos materiales que se reúnen o juntan, en una suerte de reconversión que deriva en subversión dada la naturaleza del objeto encontrado que sirve de origen. En este caso, l'objet trouvé es un antiguo libro de Primera Comunión de 12 x 7 cm. cuyas páginas sirven de base para los collages de Vida y milagros. Me aventuro a suponer que el libro es El Consejero de la Primera Comunión. Obrita compuesta y arreglada con sencillez y claridad para uso de los niños y niñas que se preparan para hacer la Primera Comunión. Por un devoto mariano. Tours (Francia), Imprenta y Librería A. Mame é Hijos, s.f., una edición personalizable con las «Épocas notables de la vida» —nacimiento, bautismo, confirmación y primera comunión— que circuló desde principios del siglo XX en España, hasta los años setenta. Sobre 65 hojas sueltas de ese librino de 208 páginas, Antonio Gómez ha pegado recortes muy variados de papel provenientes del otro fondo material base de su obra: revistas ilustradas y otras publicaciones diversas. Salvo en el caso del «Índice» final, que lleva la huella dactilar entintada en azul del autor. Esta estampa cierra un conjunto abierto con una intencionada primera página que deja ver en el recordatorio del niño que recibe a Jesús Sacramentado la fecha de 1951, el año de nacimiento de Antonio Gómez. Vida y milagros, creado durante el confinamiento de 2020 con los materiales disponibles sin salir de casa, emparenta con la numerosa obra de Gómez relacionada con lo religioso o sacro, o que se apoya en las connotaciones de sus elementos representativos, y que traté en «Antonio Gómez, devoción por la imagen», un texto publicado en la revista Ars Sacra (núms. 26-27, 2023, págs. 135-136). En el prólogo de Vida y milagros, Antonio Orihuela destaca cómo Gómez descontextualiza un libro religioso y clausura «su lectura con nuevos materiales destinados a subvertir los valores instituidos, llevando a cabo una crítica demoledora contra los fetiches católicos y contra su discurso ideológico» (págs. 6-7). Así, sobre el soporte de las páginas de El Consejero de la Primera Comunión, gracias a un minucioso y paciente trabajo manual que desoye la facilidad que nos ofrecen las herramientas digitales, se posan multitud de pedacitos de un mundo también de papel, gráfico y no textual, que remiten a muy diversos campos de significación: la sociedad moderna, la enseñanza religiosa, la mercantilización de lo espiritual, la monarquía, la prensa, la infancia, el mundo animal, la muerte, la imagen de Federico García Lorca, la naturaleza, la música, la represión...; todo un mosaico de vida y de milagros leído desde la imaginación y la contestación crítica de un poeta plural.
martes, noviembre 04, 2025
Sirat y el folio y medio
No hace mucho vi Sirat, la película de Oliver Laxe de la que se ha dicho que es impactante. Me impactó para bien. Para mal, la lectura de algunas opiniones sobre ella. Puedo entender que la observación final de una de las críticas que leí fuese «me pareció y me sigue pareciendo horrenda y cruel, y nunca más querría volver a verla», o incluso un juicio como «una tortura cinematográfica con los recursos más arteros»; pero ni comparto ni comprendo por injustos e irrazonables comentarios como: «Esto es lo que pasa cuando hombres vacíos intentan hacer cine, cultura en general, que queda un relato vacío», o que se trata de una película «sin sentido, vacía, sin dirección, sin mensaje, sin espiritualidad» con diálogos «ausentes, forzados […] con pretensiones de simbolismo que solo estropean la escena», a lo que se añadía una trama sin estructura e inverosímil. No puede ser que se diga eso del complejo artístico que supone toda película seria y honesta, como es, sin duda, Sirat, de este director cuya filmografía ha sido reconocida con premios reputados, como el del jurado de Cannes por esta obra. No pretendo destripar nada de una película que, más que otras, contiene un hecho sorprendente, un sobresalto; pero si alguien que no haya visto el filme no quiere seguir leyendo este comentario por si le induce a alguna revelación sería recomendable que lo dejase aquí. La negatividad y el carácter destructivo —y ofensivo— de algunos de los juicios que he podido leer sobre la película de Laxe me llevan a pensar en que quienes se expresan así lo hacen afectados por ese elemento de la historia que resulta sorprendente, inesperado, y que con su reacción están pidiendo al cine algo que no es. El cine no es solo una historia. Una sorprendente crueldad sin aparente justificación no puede ser utilizada como un argumento para acusar a una película de absurda, sin guion. Es lo posible, y a lo posible, por absurdo e innecesario que sea, no se le puede poner ese reparo. Siempre he defendido este reflejo de lo real absurdo e incómodo en el cine; frente a la lícita defensa de que uno no va al cine a pasarlo mal. (Así creo que rezaba una crónica que leí en El País sobre los ecos de la cinta tras su estreno). No es una película vacía, tiene argumento, los diálogos no estropean nada, y propone un mensaje que uno puede contextualizar en un marco apocalíptico en el que se sitúan unos personajes que proceden de otro medio —los europeos en la rave que se ubica en Marruecos y que se desplaza hacia el sur, hacia Mauritania—, desclasados o desnortados, tullidos, que finalmente compartirán con los autóctonos la huida o un camino distinto, que se abre hacia algún otro sitio, o ninguno. No pretendo hacer una reseña de la película, que me ha interesado mucho, está bien hecha y bien interpretada, desde Sergi López, destacado, hasta actrices desconocidas para mí como Jane Oukid o una espléndida Stefania Gadda; solo quiero manifestar la gran injusticia que es descalificar el trabajo de un director y de un amplio equipo de personas en folio y medio, que es esa medida en la que hace ya muchos años Muñoz Molina, hablando de crítica literaria, envasó la saña olímpica de un lector —o espectador— que despelleja y desdeña en ese espacio un esfuerzo de años.
sábado, noviembre 01, 2025
Los que vuelven
En estas fechas, la de hoy y la de mañana, me acuerdo de la expresión grotesca que Valle-Inclán nos dejó de un cementerio en Las galas del difunto, el esperpento en el que Juanito Ventolera suelta una opinión sobre la guerra que suelo recordar cuando suenan las bombas en el mundo o cuando Trump riñe al Gobierno español por no incrementar el gasto militar: «Allí solamente se busca el gasto de municiones. Es una cochina vergüenza aquella guerra. El soldado, si supiese su obligación y no fuese un paria, debería tirar sobre sus jefes». No es la primera vez que la transcribo aquí. Pero hoy recupero más a propósito una lectura que ya anuncié: la antología ilustrada Los que vuelven (Valladolid, Editorial Deméter, 2025), con dibujos de la artista vallisoletana Lucía Vázquez de Prada. Son relatos mortuorios breves de autores y autoras del XIX como Pedro Escamilla, Emilia Pardo Bazán, Enrique Fernández Iturralde, Guillermo Forteza y Carmen de Burgos, más una sección final con textos aparecidos en la prensa desde 1789 hasta 1866 sobre la preocupación de enterrar cuerpos aún vivos. El Periódico para Todos, El Imparcial, Los Sucesos o La América son algunas de las publicaciones que acogieron unos relatos que afrontaban, con negra ironía o con fantástica moralización, el delicado asunto de la muerte. Así, en el del prolífico Escamilla —«La catalepsia»— o el del juicioso y ocurrente mallorquín Guillermo Forteza —«Al través de un diamante»—. De Pardo Bazán se recogen dos cuentos, y creo que son más conocidos. De hecho, uno de ellos, «La resucitada», sigue siendo reeditado, como recientemente, este año, en el Colegio de México (La resucitada y otros cuentos de irrealidad, en edición de Claudia Cabrera Espinosa). El texto más próximo cronológicamente, el de Carmen de Burgos, La mujer fría, fue publicado en 1922 en la «revista frívola» Flirt, es también el más largo de la antología —incluido también en esa misma fecha en la colección «La novela corta»—, y es, en mi opinión, el más alejado de lo puramente tétrico y fantástico, que se ve superado por una profundidad en el dibujo de la figura de la mujer que resulta fascinante por su decadentismo y, casi, su superrealismo. Frente a quienes gustan de acompañar estos días de Todos los Santos y de Difuntos de sofisticadas ambientaciones, propongo naturalizarse con la lectura de estos relatos de cadáveres más aparentes que reales. ¿O es al revés?





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