miércoles, abril 27, 2016

Uma palavra, um livro


© IOESU
Ayer, 26 de abril, me pasé un momento por Uma palavra-Um livro, una actividad que el Área de Filologías Gallega y Portuguesa organizó en el vestíbulo de la Facultad. La propuesta era ofrecer libros a cambio de palabras. Una palabra favorita en portugués —elegí claridade—, un libro de regalo —me llevé un ejemplar de la revista Camões. Revista de Letras e Culturas Lusófonas (núm. 3, de 1998), dedicada a José Saramago—, y una manera sencilla de sentir la cercanía de una lengua y la grandeza de su literatura. Creo que elegí claridade por releer un poema de António Ramos Rosa. Allí estaban Iolanda Ogando y Ana Belén García Benito, propiciando tantas palabras. Por asuntos administrativamente pedestres, me perdí la conferencia de la escritora Inês Pedrosa, que es mayor que yo un día, y a quien conocí en una de las ediciones de Ágora. El debate peninsular, otra de esas iniciativas culturales tan valiosas que la crisis y la incuria se han llevado por delante. Ayer por la mañana en mi Facultad se respiraba otro ambiente. 

domingo, abril 24, 2016

Día de Letras en Cáceres


Con motivo de la festividad de San Isidoro de Sevilla, patrón de mi Facultad, se celebra mañana el Día de Letras en Cáceres. En el Instituto de Lenguas Modernas (Avda. de la Montaña, 14), por la mañana, desde las diez hasta la una, un grupo de profesores ofreceremos unas «micro-conferencias» de quince minutos cada una sobre asuntos de nuestro ámbito de estudio dirigidas a alumnos de los institutos de Enseñanza Secundaria de la región. Por la tarde, a las 20:25 el profesor de la Universidad de Oxford Diego Rubio Rodríguez hablará sobre «La utilidad de lo inútil: las humanidades más allá de la Academia». Se clausurará la jornada con un homenaje a los profesores recientemente jubilados de nuestra facultad y con un concierto del grupo musical Son del Rosel. 

jueves, abril 21, 2016

De la feria


Me atrevería a decir que lo mejor de la Feria del Libro que se ha inaugurado hoy ya lo he vivido. He estado en la presentación de la obra de Nuria Rodríguez Lázaro, Dios es azul. Poesía y religión en la generación del 27. Luis Cernuda, Dámaso Alonso y Pedro Salinas (Mérida, Editora Regional de Extremadura, 2015), en la que han intervenido un siempre brillante Eduardo Moga como director de la ERE y la autora, que ha sabido mostrar con amenidad y con rigor el propósito de su interesante ensayo. Y, además, me he traído a casa Esa puta tan distinguida (Barcelona, Lumen, 2016), de Juan Marsé. Qué ganas desde que salió la noticia de su publicación y aparecieron las primeras reseñas. Y la crónica-entrevista de Carles Geli en El País en la que el periodista indicaba que en la mesa del escritor —y puede verse en la fotografía de Consuelo Bautista— reposaban unas galeradas de la novela recién publicada con una veintena de marcas: «Son cosas que quiero retocar para la segunda edición», dice que comentó Juan Marsé. Es increíble lo de este hombre. Como lo es que Cáceres tenga una Feria del Libro así. El programa es peor que el del año pasado. Ni siquiera Cervantes está bien representado; y eso que para esta edición había dónde elegir.

Con Jaume Villanueva


Era jueves y él sabía que allí daban cocido. Último día del pasado marzo. El director teatral Jaume Villanueva (Casatejada, Cáceres, 1960) me había llamado semanas atrás para anunciarme que iba a venir unos días a su pueblo, donde tiene a sus padres, y que le gustaría que nos encontrásemos en Cáceres para conversar. Nunca lo habíamos hecho; salvo dos minutos una noche de mayo de 2008 a las puertas del hotel hoy llamado NH Palacio de Oquendo, en la Plaza de San Juan, cuando él fue presidente del jurado del Premio Extremadura a la Creación Artística para una obra no literaria de autor extremeño en 2007. (¡Ay, aquellos premios!). Aquel año se lo dieron felizmente a José Vicente Moirón. Quedamos muy cerca de cuando antaño. En el «Mesón San Juan». Allí recibe siempre Rafael Arnáiz con su traza de anfitrión culto y dicharachero, con ganas de gustar y de vender. Si eres literato, se arranca con «Ese vago clamor que rasga el viento» del poema de Zorrilla en el entierro de Larra. Si eres médico, Rafa sabe admirar la profesión, apreciar un diagnóstico y contar un chiste de galenos y una anécdota histórica documentada. A Jaume le pareció un personaje de Mesonero Romanos; no sé si aquel «resuelto por necesidad», el de Algemesí, de una de sus escenas costumbristas. En cualquier caso, todo por bien. Como el cocido, que estaba muy bueno. Menos agradable fue ver a Jaume Villanueva dolido con los suyos, los de aquí. Me contó que nadie le hizo caso cuando propuso alguno de sus trabajos. Solo se salva un nombre demostrable: Isidro Timón, que durante su dirección del Gran Teatro programó en octubre de 2007 dos montajes —precisamente— de Octubre Teatral, la compañía de Villanueva. Fueron El llanto, estrenado aquí en Cáceres, que se mantuvo durante dos temporadas en Barcelona y se representó en Málaga, en Alcalá, en Lisboa, en Miami...; y Con Belisa, a partir del texto de Federico García Lorca, que recibió dos nominaciones al mejor director y mejor escenógrafo visitante de los premios latinos de la Asociación de Cronistas de Espectáculos de Nueva York (ACE). Casi diez años después, vuelve a ser Isidro Timón quien sigue atento a lo que ocurre y este viernes dedicará en su programa En Escena (Canal Extremadura TV) unos minutos a este director de Casatejada. Ahora Jaume Villanueva propone mucho de lo que hace para que se muestre en su tierra. El Romance de Curro el Palmo, sobre la canción de Serrat, un montaje tan imponente como atractivo; El galán de Las Hurdes, una comedia rural que quiere Jaume que sea adaptación de un clásico, The Playboy of the Western World —que no conozco—, del irlandés John Millington Singe; una propuesta de producción, difusión y formación que él llama Proyecto de Futuro Teatral para Extremadura, que no es ninguna improvisación oportunista; más bien, un ejemplo de la pasión y la gana de un emigrante extremeño en Cataluña que se formó en el Institut del Teatre y que logró el Premio Nacional Adriá Gual al mejor Proyecto de Dirección. En fin, disfrutó uno con la conversación, en la que surgieron nombres y textos. Pasamos de Unamuno a Marsé, de Gil de Biedma a Lorca o a Josep Pla. Me recordó Jaume la Historia de unos cuantos, de José Mª Rodríguez Méndez; quiero decir, que provocó que al llegar a casa volviese al texto (tengo la edición no venal que la Asociación de Autores de Teatro publicó en 2005, con R. Méndez vivo, coordinada por Domingo Miras y en la que Javier Huerta Calvo escribió sobre aquella significativa pieza, friso histórico y social), y que me alegrase de haber estado con una persona sensible y amante del teatro. Perdón, las personas sensibles y amantes del teatro son muchas que conozco; Jaume Villanueva, y otros como él, son profesionales y sabios del teatro. Aparte las afinidades y los alientos, al margen de los olores y sentimientos, uno no acaba de comprender por qué hay tanta desconfianza con quien trae alguna novedad a este aprisco extremeño y demasiadamente político-administrativo en el que algunos quieren resguardarnos de lo que nos traen de fuera. Con Jaume Villanueva. Fue ese jueves, y él sabía que allí daban cocido. Completo. Bien. P. S.: en la foto, Jaume Villanueva con Mercè Martínez, tras recoger ella el premio a la mejor actriz y él al mejor musical por La Vampira del Raval. 

domingo, abril 17, 2016

La semilla


Escuché este libro cuando me lo regaló su autor. Vuelvo ahora —han pasado unos meses desde enero— a envolverme con su sonido mientras acabo de escribir mis notas de aquel primer momento. Lo bueno que tiene es que va mucho más allá del libro-disco que incluye fotografías, las letras de sus canciones e incluso algunos textos ajenos que lo comentan o adornan. No, La semilla es un «compendio de saberes poéticos y musicales ilustrados», y una prueba de cómo han cambiado los modos de la expresión artística y poética en estos lares en los que antes no había más posibilidad que el libro de poemas o el disco a secas. De libros de poemas ya sabe José Manuel Díez (Zafra, 1978), que cuenta con varias entregas: 42 (2004), La caja vacía (2006), Baile de máscaras (2013) o Estudio del enigma (2015). Y de discos también, después de su trayectoria en el grupo «El desván del duende», Eres buena gente (2007) o Besos de cabra (2012). Ahora nos regala con este compendio que está dividido en cinco partes. Un prólogo firmado en Zafra-2015 en el que el autor nos dice que se siente más vivo que nunca y explica que la aventura musical de esta nueva creación se inició en un chozo de Los Cantos, en Alburquerque (Badajoz) en 2013 y se prolongó hasta Lanzarote, donde Díez reside desde el verano de 2014. La segunda parte es un «Cuaderno de ideas» que está compuesto por poemas y prosas, por pensamientos y notas que concluyen en un «último aprendizaje»: «Éxito ≠ Felicidad. Felicidad = Éxito». La tercera parte es una galería de fotografías en la que hay familiares, amigos, sonrisas y música. Y finalmente, las dos últimas secciones son las más convencionales, las que incluyen, respectivamente, las letras de las canciones —¿convencionales unas canciones con notas al pie y con marcas de variantes?— y los créditos y agradecimientos; pero vestidas de una forma tan atractiva que hace del conjunto una prueba más de cómo se muestra José Manuel Díez con todo lo que crea, sea en el escenario o en el escritorio. Es verdad; él transmite un especial sentido de la vida, unida siempre a la creación y a cómo compartirla. La semilla es la mejor expresión de esta forma de ser. Véase lo que escribe en este texto titulado «Cuando yo muera»: «Cuando yo muera, alguien, en un remoto lugar, recibirá la noticia de que ha muerto un poeta. Y aunque nunca me hubiera conocido ni jamás hubiera leído ni uno solo de mis versos, se sentirá súbitamente triste porque ha muerto un poeta. Esta es una de las muchas fuerzas inexplicables de la poesía: que nos vuelve humanos, que nos forma uno, que nos hace amar o morir en lo mismo; tal como fuimos originalmente. Cuando yo muera, ese mismo día, en ese mismo instante, estarán naciendo cientos, miles de niños y niñas en todo el mundo. Y sé que uno o una, al menos uno o una, será también poeta. Y en él o en ella yo seguiré viviendo». Además —perdón—, está la música. Duende Josele. Es un disco que se escucha con mucho gusto. Hay temas necesarios, como el «Tango Hop», y uno imprescindible, la «Balada del rebaño», que vale el disco, el libro, todo. Recuerdo haber preguntado hace tiempo a José Manuel sobre sus poemas y sobre sus canciones y que me respondió que llevaban caminos separados. Después de leer y escuchar La semilla, creo que su autor ha empezado a sembrar canciones y poemas en el mismo huerto.

jueves, abril 14, 2016

Palindromistas


Agradable trayecto esta mañana hasta el campus con, nuevamente, «Hoy empieza todo» (Radio 3) de Marta Echeverría, que ha entrevistado con Carolina Alba a Jesús Lladó («A l'atac, amo idioma català»), co-presidente del Club Palindromista Internacional y promotor del XI Encuentro del club que se celebra este sábado 16 en Igualada (Barcelona). Me ha gustado el recuerdo cervecero de «¡Arriba la birra!». Querido compadre y querido Gonzalo, aquí podéis escuchar a Lladó hablar del longevo Juan Filloy y su Karcino (1988) y de Josep M. Albaigès, cómplices de esta obsesión del texto reversible y de este ludolingüismo con el que se pasan tan buenos ratos. Hoy el verbo es: reconocer. Y un saludo a la afición en general.

martes, abril 12, 2016

Madrid en tiempos del mejor alcalde (1)

El pasado jueves 31 de marzo volví a ver Esquilache (1988), de Josefina Molina, en La 2, y el viernes recibí por suscripción el volumen 2 de Madrid en tiempos del «mejor alcalde», de Francisco Aguilar Piñal (Sant Cugat, Editorial Arpegio, 2016). Ese jueves era Adolfo Marsillach quien hacía el papel —clavado, bien—, de Carlos III, y el viernes fue el retrato de Maella del rey con su manto blanco de su Real Orden que está en el Museo del Prado. En el volumen 1 que salió en enero de este año, el retrato de cubierta era el de A. Rafael Mengs, también en el Museo del Prado. Es esta, precisamente, la entrega que todavía leo. Son más de cuatrocientas páginas estructuradas en siete capítulos. A pesar de ser Madrid la protagonista y de que va dedicado «Al pueblo de Madrid», el libro se publica en Sant Cugat (Barcelona), en la Editorial Arpegio. No puedo creer que el autor no haya encontrado ningún apoyo en editoriales de la capital ni en ninguna institución que se haya animado a publicar el estudio de uno de los investigadores más ilustres de nuestro siglo XVIII. Solo por ser el autor de la Bibliografía de Autores del Siglo XVIII, en diez volúmenes publicados por el CSIC desde 1981 hasta 2001, cuando se culminó con la publicación del tomo X, segundo de los dedicados a los impresos anónimos, deberían abrírsele las puertas de cualquier sitio que quiera difundir el conocimiento de nuestra historia. Nosotros, en la Sociedad Española de Estudios del Siglo XVIII —«un reinado crucial para el futuro», escribe Aguilar Piñal (pág. 349)— le nombramos socio de honor y le rendimos el homenaje que merecía y que sigue mereciendo. Dejo aquí este apunte y espero escribir más sobre este riguroso estudio que es como la maqueta de Madrid (1830) de León Gil del Palacio que está en el Museo de Historia de Madrid, un virtuoso y entretenido paseo por la capital y por su historia.

miércoles, abril 06, 2016

Una conversación con Dionisio Cañas


Le gusta que se diga que lo del jueves por la tarde no será una presentación, sino una conversación sobre su más reciente libro de poemas, Los libros suicidas (Horizonte árabe) (Madrid, Hiperión, 2015), entre él —que no es otro que Dionisio Cañas— el poeta, traductor y crítico Amador Palacios y un servidor. Acabo de recibir de Julio César Galán el aviso de la publicación de Limados. La ruptura textual de la última poesía española. Edición y prólogo de Óscar de la Torre. Epílogo de César Nicolás y Marco Antonio Núñez (Madrid, Amargord, 2016); y estoy convencido de que a Julio César, también por su propuesta intrapoética en Inclinación al envés (Valencia, Pre-Textos y Editora Regional de Extremadura, 2014), y a su entorno, interesará un libro como el de Dionisio Cañas con sus textos y sus paratextos en forma de notas finales de más de veinte apretadas páginas. Buen motivo para conversar es una obra tan impregnada de vivencia cultural y espiritual, tan inmersa en un contexto histórico en el que cada vez es más unánime el deseo de buscar respuestas más allá de Oriente y Occidente, como se abre el horizonte de este poeta en todos los sentidos.   Jueves 7 de abril, a las 19:00 horas, en la Librería Baba Yaga de Cáceres (C/ Mario Roso de Luna, 20). Entrada libre hasta completar el aforo. Una conversación entre tres al principio y entre todos al final.

martes, abril 05, 2016

Dionisio Cañas en Letras


Los estudiantes de 4º de Grado de Filología Hispánica tienen en el segundo cuatrimestre un horario semanal más apretado para poder terminar el período lectivo un mes antes que el resto de cursos, ya que algunos —este año la mayoría— tienen que iniciar su período de prácticas externas. Yo no comprendo la racionalidad de ese supuesto complemento de formación; pero lo cierto es que este jueves tenemos nuestra última clase del curso de la asignatura «Textos de la literatura española contemporánea». Será muy especial. Por tener el privilegio de contar entre nosotros con Dionisio Cañas, el editor literario de la antología poética Volver (Madrid, Ediciones Cátedra. Col. Letras Hispánicas, 310, 1989), de Jaime Gil de Biedma, autor incluido en nuestro programa. No tiene todos los días uno la ocasión de escuchar en clase a quien conoció al objeto de su estudio y de conocer documentación de primera mano de uno de los poetas que hemos leído este curso. Será un placer compartir su «Cuerpo a cuerpo con Jaime Gil de Biedma: autocensura y sociedad». Jueves 7 de abril, a las 12:00 horas, en el aula 31 de Letras. Entrada libre hasta completar el aforo.    

lunes, abril 04, 2016

Jornadas cervantinas


Con la conferencia del catedrático de Historia Moderna de la Universidad Autónoma de Madrid («Miguel de Cervantes dentro de las facciones cortesanas del siglo XVI: de Carlos V a Felipe II») se abren mañana en Yuste las Jornadas Cervantinas Otra mirada literaria. Extremadura y América en la vida y obra de Miguel de Cervantes Saavedra, organizadas por el área de Literatura Española del Departamento de Filología Hispánica y Lingüística General de la Universidad de Extremadura y dirigidas por el profesor Miguel Ángel Teijeiro Fuentes. «Extremadura y los extremeños en el tránsito del siglo XVI al XVII», por el historiador Alfonso Rodríguez Grajera (UEX) y «Cervantes y América», por el profesor de literatura Héctor Brioso (Universidad de Alcalá de Henares), serán las otras intervenciones de una primera jornada que se desarrollará en Yuste, cuyo monasterio se tiene previsto visitar. El programa —aquí— se prolonga en la Facultad de Filosofía y Letras de Cáceres durante el miércoles 6 y el jueves 7, con las intervenciones de cervantistas como Miguel Ángel Teijeiro Fuentes, Luis Gómez Canseco (Universidad de Huelva), Antonio Rey Hazas (Universidad Autónoma de Madrid) o Ignacio García Aguilar (Universidad de Córdoba), especialistas de otras áreas de conocimiento como Francisco Javier Pizarro o Eustaquio Sánchez Salor (UEX) y de escritores como José María Pagador, autor del Libro de uso del Quijote (2005), que hablará de «Don Quijote y yo». Con una lectura cervantina por estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de Cáceres se cerrarán las jornadas pasado el mediodía del jueves.

sábado, abril 02, 2016

Libros


Me regalan muchos (*) libros. Me envían los autores sus obras; y también las editoriales, por indicación del autor, me hacen llegar novedades estupendas que muchas veces he reseñado aquí. Cuando voy a una presentación de un libro agradezco enormemente que quien lo ha escrito me salude poniéndome en las manos un ejemplar —dedicado casi siempre. Mal negocio para los autores. Decía mi amigo Ángel Campos Pámpano que, en la división en la que jugamos, si los amigos no compran nuestros libros, a ver quién va a comprarlos. Por eso, me gusta llevarme la mano al bolsillo para contribuir con el autor, con el librero y, lo menos posible, con el distribuidor, que es el que se lleva la mejor parte. Eso sí, en la división en la que jugamos, el distribuidor no existe. Alguien lo evita para traernos los libros a casa. (*) He dudado si escribir «muchos» porque serán inevitables los términos de comparación. Muchos para mí son tres al mes, lo que hace un total de treinta y seis al año. Es posible que sean más. O menos. Pero conozco a amigos que deben de recibir tres veces más que eso. Quizá me quede corto. En fin, prefiero no pensar en ello; porque no me aporta buenas sensaciones.